Historial peligroso
Inspectores habían hallado fallas de seguridad en el autobús que chocó
El autobús de 17 años de antigüedad que perdió el control y se estrelló en una autopista montañosa del Condado de San Bernardino, dejando un saldo de siete muertos y decenas de heridos, tenía antecedentes de problemas con los frenos, además de otros problemas de mantenimiento, lo que generó un mayor escrutinio por parte de las autoridades de seguridad federal.
El autobús que transportaba a 38 pasajeros del concurrido centro turístico de Big Bear Lake en el Bosque Nacional de San Bernardino había recibido en octubre ocho infracciones por parte de los inspectores de seguridad debido a problemas que variaban desde pérdida de líquidos a la instalación incorrecta de la batería, según los datos revisados el lunes de la Administración Federal de Transportistas Motorizados. Conforme a los registros, el autobús fue identificado por problemas de frenos en al menos tres inspecciones desde octubre 2011.
La causa del accidente del domingo todavía no está clara, pero la información inicial sobre los hechos parece señalar que se debió a un problema de frenos. El conductor Norberto B. Pérez informó a los investigadores que el vehículo se quedó sin frenos cuando se desplazaba por una ruta serpenteante de dos carriles. Los pasajeros señalaron que Pérez había dicho que los frenos no estaban funcionando mientras intentaba mantener el control del vehículo antes de que el autobús se estrellara contra un sedán, se diera vuelta y chocara contra una camioneta pickup que llevaba un remolque.
El cartel pintado en el autobús indicaba que el vehículo era operado por Scapadas Mágicas LLC, con sede en National City, próximo a San Diego. The Associated Press hizo un análisis de los registros de mantenimiento del autobús.
La pequeña empresa ubicada a unas 12 millas de la frontera con México contaba con la licencia necesaria para transportar pasajeros en viajes interestatales y no había sufrido ningún accidente en los últimos dos años. Había logrado mantener una calificación general de “satisfactoria” concedida por la administración de transportistas motorizados, pero se había observado la gran cantidad de inspecciones asociadas con el mantenimiento de los autobuses, informó la administración.
En general, los autobuses operados por la empresa no aprobaban el 36% de las inspecciones al azar. Eso representa una cifra mayor al promedio nacional del 21% para empresas semejantes.
Los registros indican que el autobús implicado en el accidente había sido identificado ocho veces por problemas de mantenimiento en octubre y siete veces en julio. En general, el autobús había acumulado 22 infracciones de seguridad en cinco inspecciones realizadas durante octubre 2011 y octubre 2012, incluyendo problemas con los frenos, el parabrisas y los neumáticos.