Mariachi Divas de Cindy Shea está en su mejor momento

Victoria InfanteEspecial para Contigo

Cuando Cindy Shea dijo en voz alta que algún día su banda ganaría un Grammy, la gente que estaba cerca de ella soltó una gran carcajada. No era para menos. Resulta que el grupo ni siquiera tenía un álbum grabado y mucho menos contrato con alguna disquera. Los uniformes que usaban eran de lo más baratitos.

“Pero sabía que con el tiempo y poco a poco podríamos trabajar duro y algún día haríamos nuestro primer CD”, dijo Shea, líder de la celebrada agrupación Mariachi Divas de Cindy Shea, que este año celebra, además de 14 años de existencia, su segunda nominación a un Grammy.

“Nunca puedes soñar demasiado grande, y nada es imposible”, ahonó.

El camino recorrido por esta banda angelina no hubiera sido tan difícil si no fuera por dos circunstancias: una que es un grupo formado por solo mujeres —15 en total— y otra que el género que interpreta es quizá como ninguno el más dominado por hombres.

Eso, sin embargo, no detuvo a Shea para grabar un disco, pero resulta que hacerlo no fue un triunfo, sino un reto más. La cabeza de Mariachi Divas solía recorrer las tiendas Tower Records (ahora ya extintas) y preguntar si podrían vender el CD de Mariachi Divas.

“Siento que hemos ido muy lejos en este negocio al poder encontrar ahora nuestra música en muchos lugares nacionales e incluso internacionales”, escribió Shea en una entrevista realizada vía correo electrónico con motivo de la presentación gratuita que ofreció el cinco de febrero en Downtown Disney, donde también habló de Oye, el disco que recibió este año la nominación en la categoría de Mejor Álbum de Música Regional Mexicana o Álbum Tejano.

En estos 14 años, Mariachi Divas ha grabado ocho discos, ha recibido cuatro nominaciones al Grammy y una al Latin Grammy. En 2008 sometió el primero de sus álbumes, Canciones de amor, a la Academia Latina de la Grabación, y ese mismo año ganó el codiciado galardón, con lo que el grupo se convirtió en el primer mariachi de mujeres en haber sido nominado y haber conquistado el premio.

“Premios o no premios, la música en sí misma es de lo que se trata y lo que me da la pasión para ser artista”, sostuvo Shea, quien además de fundadora es la trompetista de la agrupación y dueña de su propia compañía de grabación, Shea Records.

Además de todas las vicisitudes mencionadas, habría que agregar que el mariachi fue creado por una mujer sin ascendencia mexicana, con un nombre que no resuena tan fácil entre los hispanohablantes.

Encima de eso, Cindy Shea tuvo que agregar su nombre al de la banda porque luego de que grabaron el Grammy surgieron grupos similares en otras partes del mundo que en ocasiones se hicieron pasar por el Mariachi Divas galardonado.

Shea, casada con un mexicoamericano, Alberto Jiménez Maeda, director musical del mariachi, es de ascendencia irlandesa e italiana, y se siente orgullosa de su nombre porque cree que ha sido un vehículo para que más gente se enamore de la música ranchera sin importar la edad, el género o la raza.

“El mariachi es en verdad música universal”, dijo Shea, quien también presume hablar español.

No obstante, no ha sido solo el tesón de Shea lo que ha llevado al grupo al éxito. Tanto ella como su esposo, quien escribe los arreglos de la banda, exigen a las miembros que sepan leer música y que tengan una formación sólida respecto de los instrumentos que tocan. Algunas de ellas, incluso —como la misma Shea— tienen algún título universitario.

El año próximo, Mariachi Divas cumplirá 15 años, o más bien dicho, será toda una quinceañera. Shea tiene grandes planes para celebrar; para empezar habrá una gran fiesta con amigos, familia y fanáticos.

Además, como cada año, grabará un CD, que en esta ocasión será el noveno. Mientras tanto, las chicas tienen cruzados los dedos para el domingo, cuando se entreguen los Grammy. Pero, aunque no es un imposible, esta vez luchan contra varios titanes de la música mexicana: Pepe Aguilar, Joan Sebastian y Paquita la del Barrio.

Shea, sin embargo, no pierde la fe. “Siempre sueño en grande, porque el día que pare de soñar es porque dejé de respirar”, terminó.