Fernando Colunga estrena ‘Porque el amor manda’
El actor se une a Blanca Soto en la nueva telenovela de Univision
Fernando Colunga (der.) y Blanca Soto son las estrellas de 'Porque el amor manda'. Crédito: <copyrite>EFE</copyrite><person>Televisa< / person>
MIAMI, Florida. El actor mexicano Fernando Colunga estelariza la telenovela Porque el amor manda, que se estrenó anoche por Univision.
La producción del melodrama corre a cargo de Juan Osorio y desde su estreno en México ha sido todo un éxito, convirtiéndose en la telenovela número uno en sintonía.
“Estoy ansioso y a la vez muy contento con este estreno. Es una historia divertida y con gran sentido social, en la cual se reflejarán muchos inmigrantes”, señaló el actor.
Fernando Colunga ha protagonizado más de una docena de las telenovelas más importantes producidas en México en las últimas dos décadas.
En Porque el amor manda el histrión comparte cr��ditos con otros actores de renombre, como su coprotagonista Blanca Soto, además de Érick Elías, Julissa, Kika Édgar, Alejandro Ávila, Claudia Álvarez, Jorge Aravena, María Elisa Camargo y Carmen Salinas.
De acuerdo con la página de Internet de Univision, Colunga se mostró emocionado por hacer un personaje distinto, pues es un gran reto participar en un proyecto con tintes de comedia. “Tengo que trabajar con el corazón, con el alma, no voy a dar el 100, voy a dar el 200” por ciento, dijo.
En la telenovela interpreta a Jesús, un hombre sencillo caracterizado por su optimismo y espíritu luchador quien reside en Chicago, Estados Unidos, donde trabaja como repartidor de pizzas.
Sin embargo, al descubrir en las redes sociales que es padre de una niña de siete años, su vida cambia por completo. Con tal de conocer a su hija en Monterrey, México, tendrá que pasar grandes obstáculos y aceptar el trabajo de secretario en una compañía de cosméticos.
En esa empresa conquistará a su jefa, Alma, personaje interpretado por la actriz Blanca Soto, gracias a sus ocurrencias y finos detalles, y juntos descubrirán por qué el amor manda.
