Bradley contra 2 enemigos

Campeón welter hoy ante Provodnikov y presión de sus críticos

Timothy Bradley Jr. y el retador Ruslan Provodnikov muestran sus poderosos músculos en  la ceremonia de  pesaje.

Timothy Bradley Jr. y el retador Ruslan Provodnikov muestran sus poderosos músculos en la ceremonia de pesaje. Crédito: Foto: Chris Farina - Top Rank

Timothy Bradley y Ruslan Provodnikov pasaron ayer sin apuros el examen de la báscula durante la ceremonia de pesaje realizada en un lujoso hotel de Manhattan Beach, para así confirmar su compromiso que les pone hoy cara a cara en el Home Depot Center de Carson.

Sin extravagancias ni palabras de más, el retador ruso dejó la báscula en 145.6 libras; el campeón tuvo una libra más con 146.6, ambos registros dentro del límite de las reglamentarias 147 libras de los welters en los que se disputa el combate.

Aunque a través de toda la promoción de la pelea, Bradley “Tormenta del Desierto” insistió en que no tiene nada que probar por ser un campeón imbatido, para todos es claro que, después de diez meses de inactividad, está obligado por diversas circunstancias a conseguir ante un rival como Provodnikov una victoria contundente que no deje dudas sobre su capacidad para convocar al público a un espectáculo de masas como el boxeo.

“Una cosa es segura, seré más agresivo”, dijo Bradley, cuya victoria hace casi diez meses sobre Manny Pacquiao en lugar de catapultarlo a lo más alto del gran negocio, lo ha puesto a explicar el por qué le dieron una decisión que no merecía.

“Para mí eso es pasado y queda atrás, ahora espero que Ruslan [Provodnikov] sea un gran rival para darles a mis seguidores de Los Ángeles una gran victoria”, insiste.

Por esa razón, el campeón de la FIB enfrenta hoy en el tinglado de Carson a dos rivales; al rival ruso con un buen récord (22-1 y 15 KO’s), aunque sin victorias de algún mérito, y a sus propios fantasmas.

El hecho de que Pacquiao y luego Márquez no lo hayan querido cómo rival, no fue porque le tuvieran miedo, como él afirma, sino porque no le dan valor en lo deportivo y sobre todo en lo económico.

“Yo no siento presión por eso. Yo hago mi trabajo. Daré todo en el ring y lo necesario para ganarle a este hombre y retener mi título munfial” añade.

A todo esto, Provdnikov, sabe que tiene todo que ganar y nada que perder.

En el peor de los casos y siendo un rival poco valorado, sería comprensible que pierda, pero si gana se coronará campeón mundial en una categoría lucrativa y habrá alcanzado el máximo de su carrera.

“No subo al ring pensado en perder, si así fuera ya estaría perdido. Aceptamos pelear con [Tim] Bradley porque creo que puedo ganar. Tengo una carrera respetable y un récord que defender”, fue su discurso atavés de todo el trayecto promocional.

Estilos hacen peleas y si es que Provodnikov quiere dejar de ser el tercero en el ránking, para pasar a ser campeón mundial y ganar respeto, tiene que ir temprano a buscar a Bradley, lo que de paso le plantea las cosas cómo le sirven al californiano de Palm Springs. Él quiere que venga el rival para pelear a la riposta y sumar puntos y ganar asaltos.

Este combate es, en todo caso, un desafío mucho mayor de lo él supone ya que todos lo miran no para ver como brilla y cautiva con su bxeo, sino como puede defraudar a los amantes del boxeo espectáculo.

En el respaldo de la cartelera de Top Rank, el crédito californiano Jesse Vargas dejó en la báscula 146.6 libras para hacer buena su cita, en los pesos welters, ante el nigeriano Wale Omotoso que a su vez marcó 146.8 libras.

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