Bobcats no podrán seguir entrenando

Equipo de futbol de niños pagan los platos rotos por un lío ajeno

Para que los niños  que conforman el equipo de los  Bobcats del este de Los Ángeles vuelvan a jugar, tendrían que pagar por vigilancia policial para el parque Salazar donde entrenan.

Para que los niños que conforman el equipo de los Bobcats del este de Los Ángeles vuelvan a jugar, tendrían que pagar por vigilancia policial para el parque Salazar donde entrenan. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person> J. Emilio Flores< / person>

El equipo de futbol de niños Bobcats del Este de Los Ángeles no podrá seguir entrenando en el parque Salazar a menos que pague 774 dólares diarios por vigilancia policial. A raíz de un incidente ocurrido a finales del año pasado, el condado de Los Ángeles canceló el permiso del equipo para entrenar en el parque en el que habían practicado por décadas.

En octubre de 2012, luego de un partido de futbol en Bell Gardens, el equipo de niños de 9 a 11 años, sus padres y el entrenador José De Jesús Ruíz se reunieron en la pizzería Shakey’s de Monterey Park. En la pizzería se encontraba un grupo de fans de los Bulldogs, el equipo rival. El entrenador de 24 años se enredó en una pelea con Patrick Raymond Ortega, de 25 años y lo acuchilló. Las autoridades establecieron que ambos pertenecían a pandillas rivales. Ruíz fue acusado de homicidio.

“Fue un incidente aislado e independiente del equipo”, explicó Sylvia Romero, Presidente de los Bobcats. Pero la supervisora del distrito del Este de Los Ángeles, Gloria Molina, no lo vio así y el equipo recibió una carta dos semanas después comunicándole que el permiso había sido revocado, recordó Romero.

“Apenas pudimos terminar la temporada, practicando en otros parques”, indicó la presidenta. El condado envió una lista de requisitos para que el equipo pueda volver a jugar, entre ellos cambiar el nombre y los colores del equipo y pagar a oficiales del sheriff para que monitoreen los entrenamientos de los niños.

“Tenemos que pagar tarifa de horas extraordinarias, tiempo y medio, lo que termina sumando 774 dólares diarios”, explicó Romero. La presidenta explicó que les habían permitido contratar a otro tipo de vigilancia, pero que debía ser alguien avalado por el condado y terminaría siendo el mismo precio. “Hablé con Wolak [capitán de la estación del sheriff del este de Los Ángeles] y con la oficina de Molina para pedirles si podían reducir la tarifa, o si el condado podría compartir los gastos, pero me dijeron que no”, indicó Romero. El sargento Rich Peña, vocero de la estación del sheriff, indicó que no había habido ningún cambio al respecto.

El agregado del precio de la vigilancia hace que sea imposible para el equipo seguir jugando. El equipo de futbol y de porristas del Este de Los Ángeles que comenzó 48 años atrás, cuenta con 240 niños de 6 a 14 años. “Tenemos padres, entrenadores y voluntarios que jugaron de pequeños y ahora traen a sus hijos. “Estamos dispuestos a hacer los cambios que nos pidan, pero no podemos costear el precio de la custodia policial. Los niños y los padres, todos están muy tristes”.

“Enviamos cartas a Molina, pero siempre nos contesta con el mismo mensaje genérico que envía a todos”, indicó Romero. El equipo también envió una petición al LAUSD para poder practicar en una escuela, pero aun no recibido respuesta.

Gloria Molina no respondió a los llamados de La Opinión.

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