Banda Cambalache apuesta por lo social

Aunque para Cambalache la música es lo esencial, ésta no existe sin contexto social.

Esta agrupación de son jarocho, lleva esos extractos entrelazados. Sus sonidos y el parafraseo de sus canciones recogen un estilo de vida de los barrios —algunos de los más desprotegidos— donde las etnias se mezclan y producen su propio folclore.

“Como grupo queremos brindarle a la gente un trabajo que va más allá de lo que pudiera ser la primera capa de un género musical”, explica César Castro, líder de la agrupación, sobre el enfoque de este proyecto musical que nació hace tres años.

Cambalache, que quiere decir intercambio, tiene sus raíces en el este de Los Ángeles y es, por decirlo de alguna forma, un reflejo del trabajo que han realizado otros grandes músicos con esa misma ideología de identidad como Quetzal, agrupación que ganó su primer Grammy en la más reciente entrega de los premios.

Este grupo chicano-jarocho —como lo refieren con énfasis—, está integrado además de por Castro (jarana, requinto y voz), por Xochi Flores (jarana, zapateado y voz), Chuy Sandoval (jarana y voz) y Juan Pérez (bajo).

Todos involucrados en sembrar la semilla de este género musical, originado en Veracruz, México, en los niños y jóvenes que deseen aprender.

“La época del oro del cine mexicano, donde mucho se llegó a escuchar este género, no fue sin embargo la época de oro para el son jarocho”, explica Castro de origen veracruzano. “Los músicos se envolvieron en la fama, emigraron a las grandes ciudades y dejaron de enseñarles a sus hijos esta música y, por muchos años, se acabó la música en vivo”.

Cambalache, como grupo, ha organizado varios fandangos pero no tienen todavía un disco.

Sin embargo, el proyecto está en puerta.

La agrupación está trabajando en la pre-producción de Una historia de fandango, como lo titularán.

El disco, para el que están recaudando fondos, contará en diez temas los 400 años de historia del son jarocho.

“Queremos dejar un dibujo de esta historia musical”, dice Castro. “Desde el surgimiento en un pueblo veracruzano, cuando viaja a la ciudad de Veracruz, de ahí a las grandes urbes y luego al extranjero. En todo ese recorrido la música va cambiando, lo que hará que el sonido del disco también cambie”.

Xochi Flores, añadió que en este disco tendrán importantes acompañamientos como la violinista Rocío Marrón, el reconocido músico y activista Louie Pérez de la banda Los Lobos, Quetzal Flores —fundado de Quetzal y hermano de Xochi— y Gilberto Gutiérrez, director de Mono Blanco, una respetada agrupación y fundadora del nuevo movimiento jaranero en Veracruz y de donde salió Castro, antes de emigrar a Los Ángeles.

Chuy Sandoval, egresado por una escuela de música, dice que están muy entusiasmados con la realización de su nuevo disco y agradecidos con el apoyo que puedan recibir de la comunidad.

“Nuestra ambición [con este proyecto] no es hacernos famosos, ni ganar premios como un Grammy, eso es secundario”, explica Castro. “Lo que queremos es dejar un vestigio y que la música siga siendo de la comunidad”.