Festival de vehículos Low Rider inunda Chicago

Fanáticos de la cultura mexicoamericana y chicana de los autos visiblemente cerca del piso se reunieron en West Cemark para mostrar su arte.

La cultura del Lowrider proviene de los barrios mexicoamericanos de Los Angeles.

La cultura del Lowrider proviene de los barrios mexicoamericanos de Los Angeles. Crédito: AP

Decenas de vehículos “Lowrider”, modificados con todo tipo de equipaciones y colores, participaron el domingo en un festival en Chicago, donde se reunieron fanáticos de esta cultura mexicoamericana de Illinois, Indiana, Wisconsin y Michigan.

Allí se pudo ver todo tipo de autos y camionetas de colores llamativos y brillantes, modificados y equipados con suspensiones hidráulicas y de gas que les permiten rodar muy cerca del piso, hacer contorsiones y saltar más de 1.5 metros.

“Uno invierte todo lo que puede el bolsillo, pero vale la pena porque uno se convierte en coleccionista de objetos muy valiosos”, dijo Manuel Mandujano, quien exhibió una camioneta Chevy Suburban 1949 y un Chevy Master Deluxe 1939.

“Son mi orgullo, junto con una Chevy pickup 1953 que se la regalé a mi hijo”, señaló. Según relató, el trabajo es realizado en general por mecánicos, chapistas, tapiceros y profesionales de la pintura y cromado, pero los coleccionistas también participan en la creación de lo que muchos consideran una expresión religiosa.

Mandujano preside el Viejitos Club Car del Norte de Illinois, que hoy participó con 20 vehículos en el “Slow & Low Lowrider Festival”, para mantener vida una manifestación artística chicana iniciada en Los Ángeles (California) en la década de 1940.

Con un pasado pandillero en Santa María (California), donde nació y se crió, Mandujano dijo que el haber dedicado todo su tiempo libre a los “lowriders” lo apartó de las drogas y se convirtió en un estilo de vida.

“Hoy me gano la vida en la construcción y estoy rodeado en esta pasión por gente con mi misma mentalidad, gente que respeta a la familia“, expresó.

El Viejitos Club Car fue establecido en 1985 en Los Ángeles, tiene capítulos en todo el país y se ha expandido a México, Australia, Japón y Europa.

No se aceptan miembros con autos fabricados después de 1954.

El auto más antiguo del club es un Buick 1936, que en el año de fabricación costaba entre 2 y 3 mil dólares, pero que en la actualidad tiene un precio de hasta 20,000 dólares, dependiendo de las condiciones en que se encuentre.

Interiores forrados de terciopelo, motores potentes y cromados, impecables en su terminación y detalles lujosos que cuestan muchas horas de trabajo y miles de dólares por vehículo.

Los coches preferidos para convertir son modelos grandes, destacándose las marcas Cadillac, Oldsmobile, Galaxie e Impala.

Los primeros Lowriders eran coches clásicos de los años 40 y 50, pero debido a que se ha vuelto difícil conseguirlos ahora se usan coches modelos de los años 60, 70 y 80. Francisco Vargas integra la cultura lowrider desde hace 10 años como miembro del club Sick Life Lowriders.

Tiene un Chevy El Camino 1983 que le permite conectarse con “gente como uno, que le nace de corazón y ha estado metido en esto desde chico”, declaró.

Entre los fanáticos también hay adolescentes, como Eduardo Ramírez del club Lowriders Together, quien pagó 10,000 dólares hace cinco años por un Chevrolet Caprice 1975. “Me interesan los carros antiguos. Me llama la atención el estilo de la carrocería, mucho más que de los nuevos”, declaró.

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