Joven de California va de la prisión a la universidad

Danny Murillo pasó cinco años aislado en Pelican Bay y ahora estudia en UC Berkeley

Para Danny Murillo es difícil hablar sobre su  confinamiento en solitario  en una celda de Pelican Bay.

Para Danny Murillo es difícil hablar sobre su confinamiento en solitario en una celda de Pelican Bay. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person> Araceli Martínez< / person>

BERKELEY.— Al ver a Danny Murillo caminar en los jardines de UC Berkeley, su alma mater, difícilmente alguien se imaginaría que hace apenas tres años recibía sus alimentos en una charola a través de un agujero en una celda sin ventanas, donde eternamente le atormentaba una luz fluorescente.

Murillo purgó una condena de 14 años en diferentes prisiones de California, pasando por la juvenil. Salió libre el 19 de enero de 2010, casi justo cuando cumplió 30 años de edad, ahora tiene 33.

Los últimos años de su sentencia los pasó aislado, incomunicado, recluido en el SHU como se les conoce a las celdas de confinamiento en solitario, donde el Departamento de Prisiones (CDCR) pone a los reclusos clasificados como pandilleros para aislarlos del resto.

Se pone nervioso al acordarse de su experiencia de confinamiento en solitario en la Prisión Estatal de Pelican Bay, y justifica la huelga de hambre que durante más de 40 días han mantenido cientos de reos, demandando el fin a la práctica.

“Están luchando por su dignidad. No están pidiendo que los saquen libres, sino que los dejen de torturar con más de 20 y 10 años de incomunicación y aislamiento. Están pidiendo que se revalúe la política de revalidación de pandillas”, afirma. “Eso es una violación de los derechos humanos y es una agresión”.

Dos años y medio después de haber dejado la Prisión Estatal de Pelican Bay, y estudiar en Cerritos College, Murillo fue aceptado en la Universidad de California en Berkeley, donde quiere ser un investigador sobre prisiones y comunidades de color, dice en una entrevista con La Opinión.

¿Cómo era un día en la celda de confinamiento en solitario o SHU?

Es triste decirlo, pero te acostumbras a la tortura, a estar aislado por tanto tiempo, a que te den una charola de comida por un agujero, a que te traten como un perro.

En la celda SHU no hay ventanas y los reos están expuestos siempre a la luz fluorescente. Uno puede apagar la luz de su celda, pero la del pasillo está prendida permanentemente. Yo ponía una toallita para impedir que entrara la luz.

¿Que te llevó a la prisión?

En la comunidad donde fui criado, nuestros ejemplos no son los abogados, los doctores, los arquitectos sino los pandilleros. Yo vi como baleaban a mi hermano de 15 años. Uno crece lleno de rabia y así deja salir la frustración.

A los 16 años fui puesto tras las rejas, con dos cargos por mi participación en dos asaltos a mano armada.

¿Por qué te pusieron en el SHU?

Fue en 2003, cuando un preso que quería que lo pusieran en una yarda de protección para los soplones, dijo que yo andaba en las pandillas.

Luego me dijeron que encontraron información que indicaban que era pandillero.

Las cosas que usaron en mi contra fue un calendario que por cada mes del año tenía una foto relacionada con los aztecas. Esos dibujos fueron hechos por presos artistas que están en Pelican Bay y los mandaron a una persona que hacía calendarios. Mi mamá fue quien me envió ese calendario. Y la prisión lo dejó entrar.

¿Cómo te afectó psicológicamente tantos años de encierro?

Cuando salí no quería pensar en eso, pero entre más lo hablo, digo ¡joder!, me doy cuenta que eso fue una tortura.

Murillo está en el último año de la carrera de Estudios Étnicos y trabaja en el Centro para Padres y Estudiantes de Transferencia, y Nuevo Ingreso (TRSP) de UC Berkeley.

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