Son jarocho hasta medianoche
La segunda edición del Festival de Son Jarocho en San Francisco cerró con éxito tres noches de jaranas, versos y tacones
Son de Madera impuso la atmósfera veracruzana al Festival de Son Jarocho en el teatro Brava. Crédito: Ricardo Ibarra / El Mensajero
SAN FRANCISCO.— Decía Arturo Barradas en el documental “Soneros del Tesechoacán, las voces del río”, algo así como que el sonero no podía permitirse tener cosas, por ejemplo carros, joyas y otros tesoros materiales, porque el sonero más que tener, tenía que dar.
Eso fue lo que ocurrió en el pasado Festival de Son Jarocho en San Francisco, celebrado en el Brava Theater a mediados de este mes de agosto, un dar y recibir entre músicos y auditorio que culminaron cada noche con mini fandangos hasta la medianoche en el lobby del foro.
Las actividades arrancaron precisamente con la proyección del documental la noche del jueves 15, donde aparecieron unos virtuales Soneros del Tesechoacán que no aterrizaron al barrio de la Mission por cuestiones de visas, pero que Georgiana Hernandez, de Acción Latina, ya confirmó mediante un comunicado su llegada a esta ciudad en la primavera de 2014.
La serie de presentaciones inició con Cambalache, con la jarana del veracruzano César Castro y la reinterpretación de tres chicanos de Los Ángeles
Esa misma noche cerraron los ganadores del Grammy en 2013, Quetzal, quienes sustituyeron a los del Tesechoacán, con una mezcla de estilos musicales que puso de pie a los asistentes.
Día Pa’ Son dio al festival el toque local la noche del sábado, con casi todas sus integrantes mujeres del Área de la Bahía. Son de Madera, con Ramón Gutiérrez al frente, casi llevó al gentío a las tierras húmedas de Veracruz con el calor que dejaron sobre el escenario y en el público que no los soltaba, al grito de “otra, otra, otra”.
Camilo Landau, fundador y organizador del Festival, tuvo que relegar la coordinación de actividades apenas unas horas antes de la primera noche, debido al nacimiento de su hijo primogénito Camilo León García Landau. Aún así, alcanzamos a extraerle algunas palabras: “Este año el Festival tuvo todavía más éxito que el primero. Esperamos que esto sea una continua tradición aquí en San Francisco”. Y con una comunidad tan receptiva en el Área de la Bahía, seguramente lo será.
