Arpaio tiene un imitador

Baja el apoyo al 'alguacil de hierro'.

Baja el apoyo al 'alguacil de hierro'. Crédito: AP

Inmigración

La luz del temible sheriff Joe Arpaio del condado de Maricopa, en Arizona, luce tenue en estos días. Está muy lejos de apagarse porque las chispas de su ego lo obligan a mantenerse siempre en la palestra pública. Donde haya una cámara que muestre su italiana “bella figura”, ahí estará Arpaio haciendo declaraciones grandilocuentes, vacías, pero altisonantes. Pero últimamente lanza, como sin querer, frasecitas como aquellas de que “Quiere ser amigo de los hispanos”, o “Tengo simpatía por los dreamers”.

Arpaio ha entendido que la comunidad latina está dispuesta a combatirlo y a luchar contra sus abusos y violaciones.

Pero como se suele decir, donde una vela se apaga, otra se puede encender. Y surge una nueva estrella en la lucha racial tapiñada bajo el mamotreto del combate a la “inmigración ilegal”.

Apunten su nombre: Jimmy Jones.

Jimmy Jones es el flamante nuevo sheriff del condado Knox en Tennessee. Una de sus primeras medidas fue solicitar al Gobierno federal la suscripción del convenio del controversial programa 287 (g) que entrena a los oficiales de la policía local para revisar el estatus migratorio de las personas que son arrestadas por cualquier causa. Sin embargo, el Gobierno federal le ha contestado a Jones que debido a problemas presupuestarios resulta imposible al momento poner en marcha el programa 287 (g).

La negativa del Gobierno federal provocó la reacción iracunda de Jones, quien declaró el pasado miercoles que “de ser necesario voy a apilar a estos violadores de la ley [los indocumentados] como leña en la cárcel del condado, hasta que el Gobierno federal responda”.

Aunque en principio, el concepto del programa 287 (g) podría ser claramente aceptable, el problema está en los detalles. Creo que nadie con razonable criterio podría oponerse a que un violador, o un individuo que ha cometido fraude, por ejemplo, sea puesto a disposición de las autoridades migratorias para su procesamiento legal y su futura deportación, pero el problema radica en que el programa ha sido utilizado como medida para deportar a inmigrantes no autorizados que han sido detenidos por infracciones tan simples como manejar un vehículo con una luz direccional rota.

Volviendo al sheriff Jones, sus declaraciones son particularmente perturbadoras por dos razones muy simples.

La primera, la mención de “apilarlos como leña” está desde una una perspectiva sicológica directamente relacionada con la práctica de amontonar los cuerpos de los seres humanos asesinados por la maquinaria del holocausto.

La segunda, parece que el recién estrenado sheriff considera que la “letra de la Ley” que el asegura defender, no aplica cuando se trata de si mismo, ya que sin el entrenamiento necesario es imposible que los agentes del Sheriff puedan determinar quien es y quien no es un inmigrante no autorizado, y además, inclusive si resulta posible establecer el estatus migratorio de una persona, la ley no autoriza a Jones a mantener a los inmigrantes no autorizados “apilados como leña” en las cárceles de su condado.

Insisto, recuerden este nombre que es hasta un poco musical, Jimmy Jones. Creo que vamos a escuchar mucho más de él en el futuro.

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