Adiós a Barbara Coe

Barbara Coe en una protesta en Los Ángeles. Mayo 3, 2006.

Barbara Coe en una protesta en Los Ángeles. Mayo 3, 2006. Crédito: AP / Archivo

TEMCOLUMN

Ha muerto Barbara Coe. El movimiento antiinmigrante de California ha perdido a una de sus más feroces representantes.

En 1994, Barbara Coe, en ese entonces empleada del Departamento de Policía de Anaheim, fundó la Coalición de California para una Reforma Migratoria, organización que después de poco fue una de las fuerzas que le dió vida a la Proposición 187 que pretendía negar todo servicio a los inmigrantes no autorizados, inclusive la educación para los niños.

La Proposición 187 fue aprobada por los votantes de California en noviembre de 1994, pero luego de un largo proceso legal fue declarada inconstitucional.

Una pregunta recurrente que nos hacemos quienes estamos al otro lado de la vereda antiinmigrante es si la lucha de estas organizaciones y sus miembros es guiada por un genuino deseo de terminar con los problemas que genera la inmigración ilegal, o si en realidad hay un transfondo racial.

La señora Coe tenía un particular desprecio por los hispanos, y específicamente por los mexicanos, a quienes con frecuencia se refería como “salvajes”, “criminales”, “invasores”, etc. Entre sus teorías conspiratorias estuvo aquella de que la elección de Antonio Villaraigosa como alcalde de Los Ángeles sería el primer paso para la reconquista de los territorios del sur por parte de los mexicanos.

Pero nada mejor para reflejar la postura de una persona que sus propias expresiones, que me permito compartir con los amables lectores:”Las estadísticas repetidamente prueban que los ilegales cometen un acto criminal al violar nuestras fronteras y traen sus valores y cultura, contribuyendo a nuestra decadencia financiera, moral y social”.

“Los vigilantes son verdaderos héroes de nuestro tiempo. Cada inmigrante ilegal que ellos detienen es uno menos que ira a nuestro sistema de servicio social, a nuestras escuelas, y uno menos que traeran drogas para envenenar a nuestros chicos, uno menos que violará o matará a un ciudadano estadounidense inocente”.

“La sangre de nuestra gente está en las manos de los representantes corruptos que hemos elegido, y que no sólo han permitido sino fomentado la masiva migración de gente de países subdesarrollados”.

Y la que viene a continuación es una de mis favoritas:

“Estoy seguro que ustedes han escuchado al impostor Obama esta noche, acreditándose la muerte de Bin Laden. El miente. Obama es un musulmán comprobado que ha demostrado que cumple la Ley Sharia y su mandato de torturar y matar a los infieles”.

La señora Coe fue además miembro de la Coalición de Ciudadanos Conservadores, una organización que tiene sus raíces en el movimiento segregacionista de los años 50.

En 1994 la señora Coe se vió envuelta en un escándalo referente a una iniciativa que aparentemente pretendía llevar una campaña de intimidación contra los votantes de ascendencia hispana, que obligó inclusive a la intervención del Buro Federal de Investigaciones.

¿Fue Barbara Coe una genuina luchadora contra la inmigración ilegal, o una más de la larga lista de nativistas que sienten amenazada la supremacía blanca? No lo sabemos. Cabe mencionar que la señora Coe tenía sangre irlandesa y nativoamericana en sus venas.

Paz en la tumba de Barbara Coe.

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