Drones, más que seguridad

Empresa fue fundada por joven de ascendencia mexicana

Empresa 3D Robotics  tiene la visión de un mundo donde los 'drones'  son  utilizados en todas las áreas de la comunidad.

Empresa 3D Robotics tiene la visión de un mundo donde los 'drones' son utilizados en todas las áreas de la comunidad. Crédito: EFE

SAN DIEGO.— La empresa 3D Robotics, cofundada por el joven de ascendencia mexicana Jordi Muñoz, tiene la visión en un mundo donde los “drones” (aviones no tripulados) sean utilizados en todas las áreas de la comunidad y no solo en materia de seguridad.

El joven de 27 años, quien inició hace cinco años la compañía como un pasatiempo únicamente y con un cheque de 500 dólares, cuenta ahora entre sus clientes a empresas de la talla de Disney, Petróleos Mexicanos o hasta la NASA, generando ganancias millonarias.

La compañía binacional líder en su rama, fue fundada gracias al apoyo de su socio Chris Anderson, quien tuvo confianza en Muñoz al grado de renunciar a su empleo como editor de la revista Wired para formar parte de este proyecto.

Estos “drones”, dice, pueden ser controlados y dirigidos con un software que les permite realizar un sinfín de tareas.

“Es infinito lo que se puede hacer con ellos, cada quien les da una función distinta en su propia área”, destacó el oriundo de Baja California que dejó la universidad para iniciar esta empresa.

La idea, es que estos artefactos puedan ser utilizados “hasta por niños de seis años”, señaló Muñoz, haciendo la comparación con un vídeojuego, que abre la posibilidad de aprovecharse del invento de manera sencilla.

“Vemos ahora niños que utilizan un iPad de manera sencilla porque es intuitivo”, destacó y agregó que es “exactamente por ahí (donde) quiero ir, porque si un niño lo puede manejar, un granjero, un abogado o cualquiera lo podrá usar”.

Hoy en día, 3D Robotics, que cuenta con oficinas en San Diego, Berkeley y Tijuana, exporta el 50 por ciento de su producción a países como Inglaterra, Australia, Alemania y gran parte de Sudamérica.

En total, la empresa cuenta con 100 trabajadores, muchos de ellos, ingenieros hispanos de ascendencia mexicana.

La compañía se encuentra actualmente trabajando en una plataforma que permite crear aplicaciones de teléfonos celulares para ser utilizada junto con el avión no tripulado para distintas actividades.

“Todo aquello que necesite una plataforma área ahora se podrá hacer a un precio más accesible, ya no tienes que contratar un helicóptero o una avioneta”.

El precio promedio de este tipo de aviones alcanza los 700 dólares, aunque Muñoz busca que el costo sea de 300 dólares, conforme exista más demanda.

“¿Qué tan alto pueden volar? Tan alto que no los puedes ver”, contestó el ensenadense.

Tan grande ha sido su éxito, que dentro de un mes, la oficina de San Diego cambiará de ubicación al área de Otay Mesa, a un establecimiento tres veces más grande que el actual situado a unos pasos de la frontera.

Debido a esta cercanía, la empresa aprovecha su ubicación geográfica para impulsar el desarrollo de la región fronteriza, a la que calificó Muñoz de “una economía cerrada donde el dinero se queda en el mismo ecosistema”.

“Tijuana tiene toda la manufactura que es más barato, más económico e ingenieros capacitados”, dijo.

Además, el joven que busca más personal para su nueva planta, aseguró que en sus planes está extender su inventario, ofreciendo más servicios y más opciones para utilizar estos drones “fáciles de usar y accesibles a todos”.

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