Robi Draco Rosa, vagabundo por el mundo
El músico y compositor boricua sacudió San Francisco con sus novedosas reinterpretaciones en la gira Vida
Robi Draco Rosa trajo su gira Vida a Regency Ballroom de San Francisco. Crédito: Ricardo Ibarra / El Mensajero
SAN FRANCISCO.— “Este jefe es un perro”, repetía una y otra vez uno de los asistentes al concierto de Robi Draco Rosa, justo al finalizar los guitarrazos en el Regency Ballroom de esta ciudad.
El fan, procedente de Guadalajara, México, según dijo, llegó tarde y no escuchó todas las canciones que interpretó en vivo el músico boricua, ni los nuevos arreglos que hizo el compositor junto a una banda integrada por gente de Los Ángeles. Pero esto tampoco impidió que repitiera, como en estado de trance: “Este jefe es un perro”.
Varios asistentes oriundos de Jalisco, en manada por todo el foro, coincidieron que las reinterpretaciones de Draco Rosa a himnos contenidos en álbumes como Vagabundo, Songbirds & Roosters, Frío o Amor Vincit Omnia fueron difíciles de seguir con el canto, pero, como decían, “¡estuvo chingón!”.
Los decibeles melancólicos, pero agresivos, que Draco Rosa y su banda imprimían a los distorsionadores en sus guitarras convirtió el escenario en un teatro existencialista, sobre todo al celebrar la vida del músico tras su batalla contra el cáncer.
Como una sombra reflejada por los iluminadores rojos y púrpuras, vestido todo de negro, sombrero con ala doblada y gafas oscuras, el músico descargó un torrente musical novedoso que hasta ahora no es posible escuchar en ninguna de sus producciones grabadas.
Por estos días, como dice una de sus canciones, Draco Rosa anda “vagabundo por el mundo”; la gira Vida continúa por México, sigue en Colombia, regresa a Las Vegas y termina en su natal Puerto Rico.
Todavía, al final del concierto, los amigos jaliscienses del de Guadalajara, decían, entre risas y en burla de su cuate: “Este jefe es un perro”. Y, bueno, quizá no un perro, literal, pero sí un virtuoso compositor e intérprete.
