Los “dreamers” cambiaron el movimiento pro inmigrante

Walter Nichols, uno de los que mejor conoce este movimiento, analiza su historia y logros

Portada del libro, “The DREAMers. How the Undocumented Youth Movement Transformed the Immigrant Rights Debate”.

Portada del libro, “The DREAMers. How the Undocumented Youth Movement Transformed the Immigrant Rights Debate”. Crédito: Walter Nichols

California – Los llamados “dreamers”, jóvenes indocumentados que declaran al viento su estatus y reclaman un lugar en esta sociedad usando diversas tácticas, se han convertido en el liderazgo del movimiento pro inmigrante, han ganado a pulso su independencia de los grupos establecidos que en un principio ayudaron a crearlos y están cambiando la forma de pensar de muchos estadounidenses respecto al tema migratorio, explica el catedrático que ha hecho el estudio más detallado al respecto.

Walter Nichols, autor de “The DREAMers. How the Undocumented Youth Movement Transformed the Immigrant Rights Debate” (Soñadores, De cómo el movimiento de jóvenes indocumentados transformó el debate de derechos de los inmigrantes), habló con cientos de “dreamers” y activistas para escribir el libro más completo que hasta ahora existe y que analiza desde el principio este fenómeno.

En esta entrevista desde Amsterdam, donde Nichols da clases de sociología en la universidad, explicó cómo surgieron los “dreamers”, sus divisiones y maduración, y el efecto que están teniendo en el pueblo estadounidense. Nichols es oriundo de Pasadena, California, y es graduado de UCLA.

¿Quiénes son los “dreamers”?

Podríamos verlo de dos maneras. Como población han existido por mucho tiempo, son jóvenes inmigrantes que crecieron aquí y tienen un sentido de pertenencia pero a quienes se les niega el estatus legal. Pero también ahora se trata de un grupo político con su propio discurso e identidad común, y prácticamente los mismos objetivos: luchar por la legalización para sí y para sus padres y también el reconocimiento de los indocumentados como grupo, como personas que merecen ser reconocidas legalmente.

¿Cuándo surgen?

Los “dreamers” comienzan a surgir cuando se presenta el primer proyecto de ley “Dream Act” en 2010, pero no comienza con fuerza hasta 2006 y 2007, en el punto álgido del sentimiento anti inmigrante. En 2010 realmente despegan como grupo que se diversifica y se independiza.

Nacieron del movimiento de derechos de los inmigrantes, en un momento en que el público estadounidense tenía una imagen muy negativa de los indocumentados, más que ahora. La estrategia era educar, mostrar valores similares al de cualquier estadounidense. Se buscaba generar apoyo, pero no había muchos que habían surgido públicamente con esta identidad

¿Qué pasa en 2010?

Hay una enorme frustración tras la derrota del Dream Act en el Senado. FIRM (Fair Immigration Reform Movement) iba a empujar otro proyecto integral pero la señal de Washington era que lo único que tendría alguna aceptación sería el DREAM. Las organizaciones más grandes querían evitar eso y seguir empujando una reforma completa. Muchos “dreamers” simplemente se cansaron y dijeron: hemos esperado suficiente. La resistencia a lo que los “dreamers” pedían generó todo tipo de actividades: una marcha de Miami a DC, el comienzo de la desobediencia civil, sentadas en oficinas de congresistas, arrestos. Fue el principio de los “dreamers” como grupo rebelde.

Había mucho enojo hacia las organizaciones establecidas que querían mandar en el movimiento y controlar a los jóvenes. Aquí surgen varios grupos diferentes de “dreamers”.

¿Qué rol tienen los grupos más rebeldes, como NIYA?

Hay un proceso de radicalización. No que estos jóvenes vayan a poner bombas en ninguna parte, pero la estrategia cambia de empujar una reforma por los canales regulares a una sólida oposición a las actividades policiales contra los indocumentados. NIYA no es radical en sí misma, simplemente no tiene los lazos con organizaciones establecidas que tiene NDLON (La Red Nacional de Jornaleros). Ellos también han cambiado a la estrategia de “anti-enforcement” y a enfocarse en el Gobierno de Obama, pero son más diplomáticos. NIYA no es nada diplomática y son mucho más agresivos en sus tácticas.

Muchos en las organizaciones establecidas siguen insistiendo que la presión debe estar solamente en los republicanos cuando estos otros grupos dicen no: mantengamos la presión sobre Obama.

¿Qué efecto ha tenido el movimiento “dreamers”? ¿Se ha ganado algo?

La más importante, DACA, pero hay otros efectos concretos, los avances en los estados con las licencias de conducir, la ley de “Trust”, quizá pequeños triunfos que van haciendo uno mayor. Una vez que logras DACA puedes presionar para que se amplíe. Todos estos triunfos han tenido una gran contribución de los DREAMERS.

También han cambiado cómo se manifiesta el activismo, ahora hasta los padres indocumentados están participando. Han creado tácticas que nadie había considerado. El “Undocubus”, la alianza con la comunidad gay y lesbiana. La diversidad de los “dreamers” es su fuerza, se pierde unidad pero se gana en relevancia.

Hoy los “dreamers” van desde los “genios y modelos” universitarios hasta los audaces y más radicales. Eso refuerza el movimiento, aunque lo divide.

¿Han cambiado los “dreamers” la forma de pensar del estadounidense promedio?

Absolutamente. Creo que se ha generado una simpatía general. Cuando hablo con estadounidenses comunes casi siempre me dicen: son buenos muchachos, merecen estar aquí. Y esto incluye áreas muy conservadoras del país. Hace 5 o 10 años nunca esas personas hubieran dicho que un indocumentado merecía la legalización.

Pilar.marrero@laopinion.com

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