Ojo con el fraude: FTC

'Es importante educar al consumidor hispano', advierte abogada de la Comisión

WASHINGTON, D.C.— Desde sus oficinas en la Comisión Federal de Comercio (FTC), la abogada Laura Koss investiga casos de fraude contra consumidores hispanos, y lo ha visto todo: desde productos “curalo-todo” hasta ayuda con trámites migratorios, y negocios que prometen jugosas ganancias.

Todo engaño comienza con una llamada no solicitada, un mensaje de texto o audaces anuncios en español.

Casi siempre, el caso termina en un tribunal federal o con un acuerdo que obliga a la empresa a cesar sus operaciones fraudulentas y resarcir a sus víctimas.

“Es importante educar al consumidor hispano, porque es mejor prevenir el fraude que luego tratar de imponer medidas punitivas”, dijo Koss, principal abogada de la FTC, en entrevista telefónica.

” Todos los casos son atroces, especialmente si prometen curar el cáncer o engañan a personas con problemas financieros”, dijo la abogada.

La FTC ha investigado “muchísimos casos” de productos que prometen curar el cáncer, la diabetes, la artritis, o bajar de peso, sin “ningún fundamento científico”, además de fraudes financieros y migratorios, explicó.

La FTC cuenta con la ayuda de los departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional, además de un centenar de oficinas del Better Business Bureau (BBB), una organización independiente que recaba quejas de consumidores.

El mes pasado, un tribunal federal en California ordenó el cierre temporal de una empresa de telemercadeo que presuntamente engañaba a hispanos con promesas de ganancias en la reventa de productos de lujo, con marcas como Gucci, Coach, Armani, Bulgari, Tommy Hilfiger, o Ralph Lauren. La realidad es que los consumidores pagaron entre 400 y 900 dólares por productos inferiores y sin marca, incluyendo ropa, carteras y perfumes, sin poder revisarlos.

En otro caso muy llamativo, los teleoperadores de la empresa Oro Marketing amenazaban a los clientes con arrestos, demandas, o denuncias a las autoridades de Inmigración, si no pagaban, según la FTC, que busca su cierre permanente.

En septiembre de 2013, un cobrador de deudas en Glendale (California) recibió una multa de un millón de dólares por el envío de mensajes de texto para intentar cobrar deudas de forma ilegal, en lo que fue el primer caso de este tipo para la FTC.

En esos mensajes, los demandados se hacían pasar por una firma de asesores legales bajo nombres como National Attorney Services, y Abogados Nacionales, y amenazaban a los consumidores con el embargo de sus casas o demandas si no pagaban.

En 2010, una empresa de tarjetas telefónicas de Nueva York, Diamond Phone Card, aceptó una multa de 500 mil dólares por robar cerca de la mitad de los minutos que anunciaba en las tarjetas prepagadas, y cobrar cargos ocultos. Las tarjetas se vendían a inmigrantes de reciente llegada de países como la República Dominicana, El Salvador, México, India, Pakistán y Guatemala.

El volumen de fraude contra los hispanos era tal que en 2004 la FTC lanzó una iniciativa dedicada a este grupo, y ese mismo año presentó casos contra 19 empresas, cinco de los cuales se produjeron en Florida y California.

Una encuesta de 2011 señaló que 25.6 millones de estadounidenses —el 10.8% de la población adulta— dijo ser víctimas de fraude.

Del total, un 17.3% eran afroamericanos, y un 13.4% eran hispanos, en comparación con el 9% de los blancos.

Según Koss, los hispanos suelen ser presa fácil por su estatus migratorio o la barrera del idioma.

Desde 2008, la FTC ha entablado unos 25 casos judiciales, según Koss, cuya agencia ofrece talleres a consumidores y medios de comunicación hispanos.

Su página web en español http://www.consumidor.ftc.gov da consejos para evitar lo más posible que la comunidad latina caiga en trampas.

Los expertos coinciden en que el mejor consejo para los consumidores es el de los abuelitos: “no todo lo que brilla es oro”, y si una oferta suena increíble, es porque probablemente lo es.

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