¿Qué es la degeneración macular?

Este padecimiento produce visión borrosa, líneas torcidas, alteración en la percepción de los colores, falta de precisión sobre el tamaño de los objetos, entre otros síntomas.

Ante cualquier señal, es indispensable acudir al médico especialista.

Ante cualquier señal, es indispensable acudir al médico especialista. Crédito: Suterh Solidario Parque Avellaneda - Víctor Santa María por Víctor Santa María, disponible bajo la licencia Licencia de Atribución en http://www.flickr.com/photos/victorsmaria / 8223520783/

La mácula es el área central y más importante de la retina del ojo. Es la encargada de recibir la luz, ya que allí se encuentran los nervios sensibles a la misma, haciendo que la visión sea precisa y nítida.

Con el paso del tiempo puede sufrir un deterioro y generar una disminución progresiva de la agudeza visual. Ese es el principal síntoma de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

El efecto que produce es similar al de los lentes empañados: visión borrosa, líneas torcidas, alteración en la percepción de los colores, falta de precisión sobre el tamaño de los objetos. No afecta la visión periférica pero sí se altera lo que se percibe al fijar la vista, justamente porque el cerebro no recibe la imagen con la claridad necesaria ante la falla del órgano receptor de la luz.

La degeneración macular puede darse de dos maneras. En su forma seca o atrófica, el paciente comenzará a notar que necesita más luz para ciertas actividades, como leer. Puede afectarle un solo ojo o ambos, y el primer síntoma que aparece es la visión borrosa. En tanto, en su forma húmeda o exudativa, menos frecuente pero más agresiva, el paciente sufre también de metamorfopsias; es decir, que ve torcidas todas las líneas rectas.

La forma seca puede mutar en la húmeda, mientras que esta última es irreversible. Sus causas son variadas. Todas se asocian a la edad y por ello la degeneración macular afecta sobre todo a mayores de 60 años. Sin embargo, existen grupos de riesgo más proclives a contraerla por enfermedades asociadas, como la diabetes, la hipertensión o la insuficiencia renal crónica. Si no se la trata a tiempo, puede derivar en ceguera.

Apenas note que le falta luz para sus actividades de rutina debe concurrir al oftalmólogo. Existen distintas pruebas para diagnosticar la degeneración macular. Con un oftalmoscopio se puede ver el fondo del ojo y luego, con pruebas de agudeza visual, comprobar el estado de la visión del paciente. La prueba más utilizada es la Rejilla de Amsler. También debe someterse a una tonometría para medir la presión en su ojo.

Si se la reconoce a tiempo y se trata de la forma seca, puede tratarse con vitaminas con luteína para evitar que empeore. En tanto, para la forma húmeda hay que recurrir a cirugía láser o la terapia fotodinámica. Ambas emplean distintos mecanismos con un mismo objetivo: evitar que los vasos sanguíneos frágiles o rotos perjudiquen a los sanos para desacelerar el progreso de la enfermedad.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain