Demócratas lanzan desafío

Presentan petición para forzar voto republicano sobre reforma migratoria

WASHINGTON, D.C.—Una maniobra política de los demócratas para forzar el voto de la reforma migratoria llegó sin vida ayer miércoles al pleno de la Cámara de Representantes, donde los republicanos la calificaron como una “cortina de humo” y siguen opuestos a un voto de la medida.

La táctica parlamentaria, conocida en inglés como discharge petition, requiere 218 firmas para obligar a la Cámara Baja a someter a voto una legislación. El legislador demócrata por California, Xavier Becerra, recordó que han pasado 273 días desde que el Senado aprobó su versión de la reforma migratoria, mientras siguen las deportaciones y las separaciones de las familias.

La maniobra, aplaudida por el presidente Barack Obama, solo ha tenido éxito en siete ocasiones en las últimas tres décadas, y los demócratas siempre supieron que no reunirían las 218 firmas. Pero la idea es, simplemente, movilizar a la opinión pública y acorralar a los republicanos que siguen en contra de una reforma migratoria integral.

Michael Steele, portavoz del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo que “compartimos el sentir de la líder de la minoría demócrata, Nancy Pelosi, quien dijo que jamás conseguirían esas 218 firmas”. Como ya se anticipaba, ningún republicano se ha sumado a la petición, ni siquiera los tres que copatrocinan la iniciativa HR15 —Jeff Denham, David Valadao e Ileana Ros-Lehtinen— y los demócratas suman 199 en la Cámara Baja.

Izzy Santa, portavoz del Comité Nacional Republicano, tachó de “deshonestos” a Obama y los líderes demócratas, que prometieron hacer de la reforma migratoria una prioridad en 2008.

Los republicanos de la Cámara Baja, por su parte, no han pasado de los “principios” migratorios que presentaron durante su retiro invernal en enero pasado, y Boehner ha justificado la inacción al indicar que su bancada desconfía de que Obama haga cumplir las leyes migratorias del país.

Desde las escalinatas del Capitolio, los demócratas, la actriz América Ferrera, y activistas pro-inmigrantes, subrayaron que lo único que quieren es un voto del proyecto de ley HR15 para la legalización de la población indocumentada. Esa medida cuenta con 200 copatrocinadores.

El tiempo apremia ya que, en el mejor de los casos, solo queda una breve “ventana de oportunidad” hasta junio próximo para avanzar en la reforma migratoria, según Frank Sharry, director ejecutivo de “America´s Voice”.

Marco Rodríguez, un padre indocumentado de Staten Island y miembro del grupo “Make the Road New York”, espera que el legislador republicano, Michael Grimm, “demuestre su liderazgo y compromiso con las comunidades inmigrantes en su distrito” y permita un voto de la reforma migratoria.

Es el mismo deseo de activistas de grupos cívicos, religiosos, sindicalistas y empresariales, que han prometido continuar su militancia a favor de la reforma este año, incluyendo un día de acción nacional el próximo 5 de abril.

De cara a los comicios legislativos del próximo 4 de noviembre, los demócratas y grupos pro-reforma apuestan a que el voto de los inmigrantes servirá para castigar a los detractores de la reforma migratoria.

Queda por ver si ese voto de castigo será suficiente para reconfigurar el Congreso y mejorar la matemática para la reforma.

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