“El Monstruo” con 48 nuevos cargos por asesinatos en NY
Manuel Geovanny Rodríguez Pérez se expone a la pena de muerte
Rodríguez se declaró ayer inocente de los nuevos cargos y sus abogados Peter Enrique Quijano y Richard Ware Levit tienen hasta el 5 de junio para preparar su defensa.
Presente en sala estaba Claverys Molina, viuda de una de sus víctimas: Wilfredo Molina, asesinado en Nueva Jersey.
Molina apenas podía contener su ansiedad al ver por primera vez al hombre que mató al padre de su hija.
Ya iniciado el proceso, llegaron la esposa y el hijo de Rodríguez. Estos se sentaron junto a ella y, al final de la audiencia, gritaron “Manny” para que supiera que estaban allí. El acusado se volvió, les lanzó un beso y un “te quiero”. Molina no pudo contenerse y rompió a llorar.
Los fiscales Andrew Caldwell Adams y Enil Joseph Bove presentaron ante la juez Laura T. Swain los nuevos cargos, detallados a lo largo de 119 páginas.
Estos se suman a los que se le habían presentado en el 2012 cuando fue acusado junto con otros ocho cómplices de conspiración para traficar drogas y armas, así como cinco asesinatos y cinco intentos de asesinato. Desde entonces, cinco de los acusados han alcanzado acuerdos de culpabilidad.
Rodríguez era supuestamente el líder de una empresa criminal que, desde 1996, traía marihuana de Florida y California a NY e invertía sus ganancias en propiedades inmobiliarias en este último, en Miami y República Dominicana. Como parte del proceso, la fiscalía federal ordenó la confiscación de las mismas por valor de $25 millones, así como joyas y dinero en efectivo requisados durante la investigación.
La banda de crimen organizado que Rodríguez regentaba llegó a matar o intentaron matar al menos 20 personas: rivales, competidores o miembros de la organización que creían les robaban o colaboraban con las fuerzas del orden. Algunas de sus víctimas sobrevivieron a sus ataques generalmente con armas de fuego, en NY, NJ, República Dominicana y Florida.
Rodríguez se encuentra detenido, desde el 15 de octubre del 2010, cuando se le arrestó junto a otros 50 miembros de su organización. Su estancia en la cárcel no le impidió ordenar, en el 2011, la intimidación, amenazas y hasta el asesinato de testigos para que no colaboraran en los procedimientos legales. Supuestamente, siguiendo sus instrucciones fue como asesinaron el 1 de mayo de ese año, en el país caribeño a Saturnino Delgado García.
La investigación fue llevada conjuntamente por la Agencia de Seguridad Interna (HLS), los Servicios de Inmigración y Aduanas (ICE) y el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD).
