EL MILAGRO

LA SELECCIÓN DE COSTA RICA SE CONVIERTE EN LA MAYOR SORPRESA DE BRASIL 2014 CON UNA ACTUACIÓN SUBLIME E IRREPETIBLE

La selección de Costa Rica ya no puede ser considerada como la ‘Cenicienta’ de la Copa del Mundo. Quizá si la idea es entrar en las comparaciones de los cuentos de hadas, entonces podría ser llamada ‘La Bella Durmiente’, ya que pasaron más de dos décadas para que tuviera su despertar mundialista.

Hasta antes de arrancar la actividad en Brasil, las máximas referencias del fútbol tico eran el famoso ‘Aztecazo’ de la Concacaf, su cuarto puesto en un Mundial Sub-20, las cabalgatas de Paulo César Wanchope en la Liga Premier de Inglaterra y, sobre todo, la actuación tica en el Mundial de Italia 1990.

Costa Rica logró establecer en el Grupo D de Brasil 2014 la diferencia entre lo improbable y lo impensable. Hizo lo que pudo cuando quiso y eso sólo puede llamarse convicción.

La ‘Sele’ cerró la llave como líder invicto, con mejor registro de goles que sus rivales y con dos figuras que siguen soñando con cambiar de aires después de Brasil: el portero Keylor Navas y el delantero Joel Campbell.

No obstante, el tema del cuadro costarricense va más allá de su buena presentación. El papel realizado en el Mundial también le significa a su técnico Jorge Luis Pinto una revancha, de esas que el fútbol no otorga frecuentemente.

Desterrado del equipo que calificó al Mundial de 2006 para darle paso a Alexandre Guimaraes, muchos consideraron en su momento que no se juzgó a cabalidad su trabajo y que un bache durante esa eliminatoria no era causa suficiente para separarlo de la selección.

Pinto volvió a dirigir a la selección dos procesos después y durante la mayor parte de la eliminatoria soportó la reputación recurrente de ser un entrenador defensivo, contrario a la tradición futbolera de su país de origen… descafeinado.

Pero poco a poco, Pinto fue convenciendo a los incrédulos hasta llegar Costa Rica a convertirse en un cuadro sólido, que no avasalla, pero sí asusta. Esta selección se ha hecho ‘Rica’ a ‘Costa’ del Mundial.

Cuando se anunció el orden de los grupos del Mundial todo mundo entendió que Costa Rica iría a Brasil con etiqueta de víctima natural de su grupo, que incluía a tres equipos de jerarquía, tres excampeones del mundo.

Las lesiones fueron otra de las razones por las que los ticos tampoco invitaban a que les consideraran seriamente. Cuatro jugadores se cayeron del listado final en el último tramo de la preparación, y especialmente vitales fueron las ausencias de su lateral por izquierda Bryan Oviedo (Everton) y de su goleador histórico Álvaro Saborío (Real Salt Lake).

No obstante, la adversidad externa al parecer fortaleció al grupo. “Yo he estudiado a mis rivales, sé que son equipos con historia, pero nosotros hemos crecido como equipo y podemos ganarles. Yo les he dicho a mis jugadores que no nos vamos a venir en primer ronda”, desafió Pinto.

Aunque esta arenga del técnico colombiano ante la prensa, a poco de comenzar la etapa final de la preparación mundialista, fue tomada por muchos como un arranque de confianza extrema, terminó siendo la prueba de que el entrenador realmente había calculado el nivel de sus jugadores y el de sus rivales.

Y aunque en su momento Pinto se declaró harto de ser criticado por la afición, al punto que llamó en un ocasión a un programa de radio para interrumpir a un radioescucha que se quejaba de su filosofía, hoy se ha refugiado en el lema que la selección es “para todos los ticos” y que cada triunfo irá dedicado a toda la gente que creyó en este proyecto.

Otros protagonistas del plantel también han establecido parámetros históricos en Brasil 2014. Celso Borges extendió la tradición de su familia, que se convierte en un hito para el fútbol mundial, ya que son los únicos que pueden presumir de haber participado en todas las participaciones mundialistas de un país. Su padre, Alexandre Guimaraes lo hizo como jugador y como técnico en 1990, 2002 y 2006.

Asimismo, Óscar Duarte le dio a Nicaragua (su país de origen) el gusto de marcar un gol mundialista (en contra de Uruguay), aunque éste fuera representando a otra nación.

Bryan Ruiz, recién casado, marcó su primer gol mundialista para olvidar su triste ausencia en Alemania 2006, cuando fue dejado fuera del listado final. Y Junior Díaz hizo también olvidar a su padre, Enrique Díaz, la forma en la que éste fue eliminado de la nómina mundialista de 1990 tras haber sido pieza clave en la clasificación.

Es decir, si el fútbol es de momentos, los ticos viven uno sublime e irrepetible. Hoy todo es miel sobre hojuelas. Ya superada la estadística de la primera fase, lo que venga desde la fase de octavos de final será únicamente ganancia. Brasil 2014 los ha devuelto al mapa futbolístico.

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