Editorial: Inmigrantes y enfermedades

Se quiere asustar diciendo que los niños de la frontera son un peligro sanitario

La idea de que los inmigrantes traen enfermedades es uno de esos estereotipos que se repiten en cada ola migratoria.

Es cierto que la llegada de los europeos al continente americano hace muchos siglos trajo enfermedades desconocidas que barrieron con civilizaciones enteras. Cualquier persona que hoy preste atención a algunos reportes amarillistas sobre la llegada de los menores de edad a la frontera, pensaría que estamos en las puertas de una situación similar.

La conversación sobre inmigración se presta para las exageraciones más grandes, despertando los peores temores entre una población mal informada que ya está temerosa por los cambios demográficos.

En este caso, sí es cierto que hay niños que no llegaron en un perfecto estado de salud. Sería anormal que más de 50,000 menores de edad que llevan como promedio de viaje tres semanas a la intemperie arriben sin ningún problema. Se habla de casos de sarna, piojos, algunos de tuberculosis y uno de la gripe H1N1.

Por eso es penoso que cada menor con un síntoma de gripe regular sea exagerado, por reportes de fuentes anónimas que alimentan la narrativa hablan de un complot del gobierno federal para esconder a los enfermos. Es vergonzoso que el sindicato de la Patrulla Fronteriza sea quien distribuya rumores, aunque no es la primera vez que quiere avanzar su agenda satanizando a los indocumentados.

El primer paso ya se está dando con la revisación médica de los niños. El segundo es que la Cámara de Representantes apruebe con rapidez los fondos solicitados ayer por el presidente Obama en el que se incluyen 1,800 millones de dolares para el Departamento de Salud y Recursos para que vea la atención necesaria que requiere una crisis humanitaria. Por ejemplo, es imprescindible que sean alojados en sitios limpios porque es el hacinamiento y las condiciones insalubres los que en muchos casos causan enfermedades.

La Casa Blanca está haiendo frente a esta nueva urgencia. Esperamos que los legisladores autoricen el dinero para enfrentar esta crisis y que no atizen el fuego para sacar ventaja electoral prefiriendo no actuar en este momento. Mucho más esperamos que no conviertan a los niños en monstruos peligrosos para ganar votos asustando a la gente. Así no es como se trata a los niños en los Estados Unidos.

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