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Tras cuatro meses en recuperación, Juan Gabriel ofreció un concierto en Perú

No hay plazo que no se cumpla: Exactamente cuatro meses después de su último concierto, aquel que fue determinante para un cuadro de neumonía, Juan Gabriel regresó a los escenarios y, más que eso, a la vida con un corto pero emotivo espectáculo en el que, si bien no lució totalmente restablecido de salud, si reiteró su capacidad de entrega y amor al escenario, sentimiento que lo llevó hasta las lágrimas.

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El concierto del renacimiento, como lo bautizó la prensa local, tuvo lugar la noche del jueves en el Jockey Club de Lima, Perú, con capacidad para 10 mil personas. El reloj marcaba las 21:50 horas cuando el mexicano apareció en el escenario vestido con un traje rosa y chalina beige. Mientras sonaban los primeros acordes de Siempre en mi mente, el artista recorrió el lugar con la vista, dio un ligero suspiro e inició el show que en la primera parte también incluyó piezas como Lágrimas tristes, Mi fracaso, María José y He venido a pedirte perdón, esta última una de las favoritas del público del país sudamericano.

Con movimientos serenos, el artista caminó por todo el escenario mientras ofrecía las primeras piezas. Llegó el momento del saludo: “Buenas noches Lima. Gracias por venir, también por cantar mis canciones, por tanto tiempo, tantos aplausos, tantas veces… tantas oraciones – hizo una pausa, lanzó un nuevo suspiro y con voz quebrada continuó – Yo se que han estado pendientes de mi, les deseo mucha salud” concluyó con los ojos humedecidos mientras era merecedor de la segunda gran ovación de la noche.

El ambiente festivo llegó con la aparición del Mariachi de mi tierra que inició su participación con El principio y a mitad de la pieza interpretó Contigo Perú, melodía representativa del país sudamericano, situación que provocó la euforia del respetable, ambiente que contagió a la estrella originaria de Michoacán y lo llevó a brindar con pisco, una de las bebidas tradicionales del lugar.

Habían pasado apenas 30 minutos cuando Juanga tomaba ya confianza y sus movimientos, junto con sus canciones, eran mucho más apasionados: Se me olvidó otra vez, Te voy a olvidar y Con todo y mi Tristeza sonaron desgarradores y un ligero movimiento de caderas se dio en Tu a mi no me hundes.

El deschongue, mas de la orquesta, coros y mariachi que del propio artista, llegó con El Noa Noa, el romanticismo con Si quieres y la travesura con Déjame vivir. Luego tuvo lugar la hora de los clásicos: Inocente pobre amigo, Abrázame muy fuerte, Amor eterno, Así fue, Querida, Me nace del corazón, Hasta que te conocí y Para que me haces llorar, pieza con la que concluyó el espectáculo tras poco más de dos horas. El artista se retiró de inmediato a su hotel para descansar y la mañana del viernes partió en su jet privado a Paraguay, donde actuará esta noche. La próxima semana hará lo propio en Argentina, Chile y Bolivia.

Joel O´Farrili

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