Una orden ejecutiva para la inmigración

La expectativa está vigente. El presidente Obama prometió que después de las elecciones legislativas de 2014 dictaría varias órdenes ejecutivas para dar soluciones al problema migratorio.

Esta promesa y la ya vigente orden ejecutiva de acción diferida para los soñadores han sido motivo de cuestionamientos por parte de quienes aseguran que Obama está excediendo sus atribuciones.

A finales de 2012, Kris Kobach, Secretario de Estado de Kansas —y el cerebro detrás de la mayoría de leyes anti inmigrantes que se han aprobado en el país- patrocinó a un grupo de agentes de la Patrulla Fronteriza en Crane vs. Napolitano, a fin de establecer que el Departamento de Seguridad Interna estaba violando las leyes dictadas por el Congreso. La demanda fue archivada por un asunto de jurisdicción. Sin embargo el juez Reed O’Connor estableció curiosamente en los antecedentes de su resolución que la demanda podría haber tenido mérito legal.

En otro proceso judicial instaurado por La Coalición de Arizona del Acta de los Soñadores vs. Brewer, el Noveno Circuito resolvió que la negativa del Estado de Arizona de conceder licencias de conducir a los jóvenes beneficiarios de la acción diferida era ilegal. A pesar de que la sentencia no resuelve específicamente sobre la legalidad de la orden ejecutiva, de manera indirecta reconoce en el texto resolutivo que el programa DACA es perfectamente constitucional y que aunque el estatus legal de los soñadores no ha cambiado, se encuentran bajo un amparo temporal cuya vigencia depende del término de dos años otorgado por la acción diferida en cada caso particular.

Pero más allá de estas consideraciones legales, basta echarle un vistazo a la historia, para descubrir que las órdenes ejecutivas en materia migratoria no son un asunto nuevo.

William Stock, abogado de Pennsylvania y escritor del periódico especializado en temas legales, The Legal Intelligencer recoge en un artículo de su autoría, una serie de casos en los cuales otros presidentes dictaron órdenes ejecutivas en materia migratoria.

Dwight Eisenhower, en 1956 dictó una orden ejecutiva que concedió más de cuarenta mil visas a ciudadanos de origen húngaro que llegaron a los Estados Unidos escapando de la invasión soviética.

La historia señala además que cientos de miles de cubanos, chinos, vietnamitas, indochinos, libaneses, etiopes, nicaragüenses, iraníes, salvadoreños, haitianos, etcétera, han recibido beneficios migratorios a través de acciones ejecutivas desde John Kennedy hasta la presente fecha.

Pero quizás el caso más relevante es el de George W. H. Bush quien concedió estatus migratorio temporal a 1,500,000 inmigrantes no autorizados que no reunieron los requisitos para calificar para la amnistía de 1986 firmada por el presidente Reagan y que eran familiares directos de otros inmigrantes no autorizados que si calificaron.

Lo cierto es que los que llaman a que se le inicie un juicio político al presidente Obama no sólo ignoran que las acciones ejecutivas son perfectamente legales sino que además son muy comunes en la historia de los Estados Unidos.

Las elecciones se acercan, es tiempo de alistarse para votar

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