¿Viajarías en submarino supersónico?

¿Dos horas de viaje entre Shangai y San Francisco? Pues sí, éste es el objetivo de un submarino supersónico que se desarrolla en el Harbin Institute of Technology de China.

Según los científicos que trabajan en el proyecto, la tecnología de este invento revolucionario está basada en el submarino ruso Shakval, que logró alcanzar las 230 millas por hora gracias a la tecnología bautizada como supercavitación.

Básicamente se trata de un submarino envuelto por una burbuja de aire que evitaría la fricción del agua, y que eventualmente viajaría a la velocidad del sonido bajo el agua, es decir, a unas 3,600 millas por hora. Para decirlo pronto: se acabó la magia de un crucero que tarda varios días en llegar de un punto a otro del planeta; en este submarino tu luna de miel duraría apenas una hora.

Entre otros problemas que los científicos están tratando de resolver de este torpedo veloz, está que el artefacto sólo puede viajar en línea recta, porque su velocidad es tal que difícilmente puede controlarse su dirección y su destino. Además, de entrada debe lanzarse a una velocidad de 62 millas por hora. ¿Habrá un ser humano que soporte un despegue a esa velocidad? Quizá ni el reparto de Fast & Furious.

Los chinos, que han dado muestras de su ingenio para desarrollar nuevas tecnologías, están intentando combinar la tecnología de supercavitación con una membrana líquida. Es decir que rellenarían la burbuja de aire con líquido, y tratarían de manipular ese líquido para darle dirección al torpedo.

No sé qué pienses tú, pero para mí la experiencia del viaje es parte de la aventura. Viajar a esas tremendas velocidades resultaría muy confuso. Si a veces al viajar en avión me da la impresión de que el cuerpo aterriza, pero el alma sigue en camino… Así describió Italo Calvino la sensación de volar en Si una noche de invierno un viajero: “Desapareces en el vacío, aceptas no estar en ningún lugar durante un tiempo que es también una especie de vacío en el tiempo; luego reapareces, en un lugar y en un momento sin relación con el dónde y el cuándo en que habías desaparecido”. Tal cual.

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