¿Cómo puede afectar la paternidad a los deportistas de élite?
El tenista Novak Djokovic compartió con todos sus seguidores en redes sociales su alegría por el nacimiento de su hijo el mes pasado. Pero, ¿podría mantenerse en la cima del tenis entre pañales y desvelos?
Novak Djokovic prefiere la rutina. No le gusta el desorden ni el caos.
El es el tipo de persona que revisa el color de su orina a la misma hora cada mañana para asegurarse que su cuerpo no está sobre o deshidratado. Lo sabe dependiendo del color.
El serbio de 27 años no ingiere trigo ni productos lácteos en su persecución de la perfección.
El mejor jugador de tenis del mundo duerme entre siete y ocho horas cada noche, practica la meditación, yoga y tai chi y controla constantemente su organismo con máquinas que miden los niveles de estrés.
Cuando tiene un momento en el día, reflexiona sobre la vida en un diario.
Pero esta vida planificada al milímetro corre el riesgo de sufrir un cambio radical con el nacimiento hace tres semanas de su primer hijo, Stefan.
¿Podrá Djokovic combinar las exigencias de ser el número uno con la paternidad?
En la cumbre
Esta semana Djokovic aspira a convertirse en tan solo el tercer tenista en la era moderna en ganar tres veces consecutivas el torneo que cierra la temporada, el ATP World Tour Finals en Londres, reservado para los ocho mejores jugadores del año.
Sólo el rumano Ilie Nastase, entre 1971 y 1973, y el entonces checoslovaco Ivan lendl, entre 1985 y 1987, lo han podido conseguir.
Djokovic está confiado en que lo puede hacer. En su única participación desde que su esposa Jelena dio a luz, el tenista serbio ganó el ATP Masters Series de París, convirtiéndose en el primero en defender con éxito el título en los 46 años de historia del evento.
“Es el mejor momento de mi vida”, admitió Djokovic tras celebrar su sexto título de la temporada.
Dado lo meticuloso que es el tenista serbio en su vida, no es de extrañar que el actual campeón de Wimbledon haya investigado sobre su nueva paternidad y haya preguntado por consejos a compañeros en el circuito profesional.
Uno de los consultados fue Ivo Karlovic, de 28 años, padre de una niña de tres años llamada Jada Valentina.
“Sólo hablamos de cómo es la paternidad”, dijo el tenista croata de 35 años.
“Pero él lo tendrá que aprender por sí mismo. Antes, como todos lo que no tienen niños, él habrá sido un poco egoísta, pero una vez que tienes un niño, eso cambia completamente. A partir de ahora será todo sobre la criatura, ya no será más sobre él”.
Entre trofeos y pañales
Desde 1990, nueve jugadores han ganado Grand Slams siendo padres. El suizo Roger Federer es el único que lo ha hecho dos veces.
“Ahí se va 1987”, se dice que expresó el estadounidense John McEnroe cuando su esposa por entonces, la actriz Tatum O’Neal, le informó que estaba embarazada con el segundo hijo de la pareja.
Los hijos de McEnroe nunca pudieron ver a su padre levantar un trofeo de Grand Slam. El último de sus nueve títulos lo consiguió cuando tenía 25 años, todavía siendo soltero.
Djokovic seguramente preferirá fijarse en el ejemplo de Federer, quien ha sido su mayor rival durante la temporada.
El resurgido tenista suizo, de 33 años, ha demostrado que la paternidad no significa el final de la carrera.
Lea también: Cuánto ejercicio pueden hacer las mujeres embarazadas
Seis meses después del nacimiento de sus hijas gemelas, Myla y Charlene, Federer ganó el abierto de Australia en 2010. Dos años después, igualaba el récord de siete títulos en Wimbledon.
Poder y querer
Esta temporada, el tenista más laureado de la historia regresó a los entrenamientos sólo seis días después del nacimiento de sus hijos gemelos, Leon y Lenny, ganando tres títulos desde entonces y guiando a Suiza a la final de la Copa Davis.
Federer ha vuelto a encontrar su mejor tenis en 2014.
Federer admitió que la paternidad fue un “cambio positivo” en su vida, pero no muchos papás tienen ganancias cercanas a los US$200 millones, viaja en aviones privados, con niñeras, entrenadores y fisioterapeutas particulares.
Este gasto también está al alcance de Djokovic, quien ha ganado más de US$66 millones solamente en premios en su carrera y ocupa el lugar 17 en la lista de los deportistas que más ganan según la revista Forbes.
Pero este es un lujo que no se pueden permitir todos.
La esposa de Karlovic, Alsi, y su hija se quedan en la casa en Miami cuando su marido compite en el circuito, teniendo que comunicarse con él a través de Skype.
“Es difícil cuando los niños son bebés”, explica. “No es fácil viajar en aviones todo el tiempo, los cambios de hora y vivir en hoteles. Jada Valentina no ha viajado tanto conmigo en los últimos años, pero cuando esté lista ella me acompañarán en el circuito”.
A esto se suma las exigencias de los recién nacidos, que suelen reclamar la atención llorando.
“Hubo mucho llanto”, recordó el tenista croata. “Pero después de seis meses es mejor”.
“Al principio yo no dormía bien por lo que no me podía levantar temprano. Yo estaba acostumbrado a los entrenamientos en la mañana, pero los cambiamos a la tarde. Mi entrenador entendió por lo que siempre estuvo bien”.
Madre hay una sola
En las conversaciones de vestuarios se comenta que la esposa de Federer, Mirka, lleva un estricto control de todos los asuntos de su esposo y familia, una ayuda que es fundamental para poder compaginar el cargado calendario del circuito profesional, según expresó el serbio Nenad Zimonjic, padre de gemelos.
“Mi esposa se encarga de muchas cosas y está contenta de viajar con los niños, lo que hace más fácil que me pueda concentrar en el tenis”, dijo el jugador de 38 años.
“Nos hospedamos en apartamentos o en habitaciones de hoteles contiguas lo que no interfiere con mi negocio, que es jugar tenis”.
Otro punto es lo impredecible que puede ser un torneo para los jugadores que no son Djokovic o Federer, quienes por lo general alcanzan las rondas decisivas en los torneos.
Para los otros puede haber una eliminación en primera ronda una semana y alcanzar las semifinales en la siguiente.
Una de las iniciativas que se implementa en algunos torneos en Estados Unidos son las guarderías o excursiones a zoológicos para entretener a los niños.
“Será algo que le cambiará la vida a Novak, pero es una de las mejores cosas que te puede pasar. Debe disfrutarlo”, recomendó Karlovic, quien considera que ahora es una persona diferente.
“Si pierdo o gano ya no es lo más importante. Ahora es mi hija, por lo que si pierdo un partido no estaré devastado, sólo es un momento en mi vida”.
El entrenador de Djokovic, el extenista alemán –Boris Becker, cree que la nueva etapa en la vida de su pupilo será positiva.
“Me cambió para mejor. También cambió a Federer para mejor y le dio un nuevo gusto por la vida” dijo Becker, quien ganó un Grand Slam en 1996 tras ser papá.
“La vida de una jugador de tenis es a veces muy solitaria, pero tener a veces a tu esposa y a tu niño contigo te brinda una mejor calidad de vida”.
“Me dio tres o cuatro años más en mi carrera y pienso que va hacer lo mismo con Novak”, concluyó quien fuera número uno del mundo en 1991.