Inmigrantes, motor empresarial de EEUU

Los extranjeros abren el doble de empresas que los nativos en el país; también amplían la competitividad de la mano de obra

Los inmigrantes son parte importante del motor económico de EEUU y su fibra empresarial. En la mayor parte de las grandes ciudades del país es evidente el crecimiento de la huella que están dejando como empresarios. Y así lo ha verificado el Partenariado para una Nueva Economía Americana, que afirma en un estudio que los inmigrantes abren el doble de empresas que los nacidos en el país.

Su director ejecutivo, Jeremy Robbins, afirmaba ayer que la manifestación de este espíritu empresarial “ha sido una tendencia de los últimos treinta años”. En el año 2011, fecha de la que se tiene el último dato, los inmigrantes abrieron el 28% de todos los nuevos negocios pese a ser menos del 13% del total de la a población.

Entre 1990 y 2012 el número de inmigrantes hispanos empresarios se multiplicó por cuatro y pasó de 321,000 a 1.4 millones y los mexicanos han jugado en ese sentido un papel importante, según este Parternariado desde el que se explica que uno de cada 10 inmigrantes mexicanos en 2012 era un empresario. El número de mexicanos llegados a este país y autoempleados ha crecido hasta 765,000. Cuando el país sufrió la recesión, los empresarios latinos siguieron su camino y continuaron creando empresas y empleo. Pese a que la mayor parte de las empresas son pequeñas, son realmente los pequeños negocios los que más empleo crean en el país.

Adicionalmente, los inmigrantes han abierto más del 25% de sus empresas en siete de los ocho sectores donde se espera un más rápido crecimiento en la próxima década. Entre estos, los servicios de salud, asistencia social, servicios profesionales y de negocios, construcción, comercio al por menor, ocio y educación.

Desde esta sociedad, un centro desde el cual políticos y empresarios, republicanos y demócratas, abogan por la modernización del marco de la inmigración, se explica que quienes dejan sus países ya toman riesgos por lo que “no sorprende que luego se aventuren a crear nuevos negocios en un mayor porcentaje” que los oriundos del país.

Muchos de los empresarios latinos entrevistados por este diario desde principios de este año han explicado que en muchos casos no han venido a EEUU a trabajar para otras personas sino para aprovechar todas las oportunidades para crecer. La perspectiva del riesgo es distinta a la de los nacidos en el país porque muchos de ellos llegan con pocos recursos, sin mucho que perder, y aunque se emplean en trabajos que demandan poca formación aprenden desde abajo en negocios que terminan gestionando o comprando.

Es el caso de Jaime Lucero por ejemplo. Este mexicano llegó hace años a Nueva York, desde un pequeña localidad cercana a Puebla, y empezó a trabajar en una cocina para autoemplearse como conductor y repartidor y acabar teniendo su propia empresa textil en el país y sirviendo a los principales comercios del país.

Según Robbins, los inmigrantes son importantes porque además de empresas y trabajo amplían la competitividad de la mano de obra del país y con su trabajo están permitiendo la mejor financiación de programas sociales clave como el seguro social y el Medicare que dependen de jóvenes trabajadores en el marco de un envejecimiento general

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