Agenda, Votos y lentejas

La compra reciente de un teléfono celular sirve para entender el presente político latino. A la hora de realizar la compra, te piden que estampes la firma en una pantallita que dice que hay que aceptar un texto que no está en ninguna parte, y que, para sorpresa del cliente, solo tras la dichosa firma se puede imprimir y leer. Cuando pides explicaciones, te dicen que es como lo de las lentejas: “o lo tomas o lo dejas”. El voto es un tipo de firma. En este caso, de adhesión a un candidato o partido político.

Vemos estos días con atención que al emigrante latino sin papeles se le ofrece una regulación de su estatus migratorio. No se nos escapa sin embargo que el momento en que se presenta: al final del mandato presidencial, tiene algunos inconvenientes. ¿Se sabe ya quién va a ganar las siguientes elecciones? Las órdenes ejecutivas no se heredan si no se quieren heredar.

Se olvida a veces que el colectivo de los latinos necesita de su propia agenda. Y no solo lentejas.

La agenda latina, a la que todos debemos contribuir, hay que aprender a delimitarla. Está latente en los sitios más insospechados. La película de 1987 de Wim Wenders Der HimmelüberBerlin (en español, Las alas del deseo‘), ofrece un ejemplo que debemos apreciar en lo que vale.

Wenders, director y guionista, decidió incorporar en su historia de ángeles berlineses a un intermediador que canalizase la comunicación entre ángeles y humanos. Por razones que no vienen a cuento, el director quería que el actor elegido fuera un personaje de reconocida fama mundial. El finalmente escogido fue Peter Falk, por sus actuaciones en las películas de John Cassavetes y, también, por su papel en la serie Columbo, serie en la que el actor hace de detective de la ciudad de Los Ángeles.

En una escena Peter Falk, tras intuir la presencia de un ángel (inmaterial) al que siente pero no ve, le dice “I’m a friend compañero”. Nos sorprende la presencia del español fuera de ambiente. ¿Cómo justificar este ‘compañero’ “en español” en una obra cinematográfica en alemán, con el inglés de Columbo como única excepción? ¿Influencia de España o Latinoamérica? Pues no.

El personaje de Peter Falk, que fue añadido en el último instante, carecía de parte escrita, lo que obligó al actor a improvisar sobre la marcha. Peter Falk no hablaba alemán. Ni siquiera lo imita en la película. Tampoco es hablante de español. Sin embargo, su trabajo de detective en Los Ángeles le ayuda a la hora de relacionarse con los ángeles berlineses. En el fragor de la grabación, y estando en un contexto multilingüe, le salió, a falta de alemán, el español y, en concreto, la espontánea interferencia de inglés y español tan típica de Estados Unidos. La sicología tiene algo que enseñar a la política. Démosle crédito. El bilingüismo del latino es nuestra herencia a la vez que pieza angular de este país. Es parte de nuestra agenda, entre otras muchas cosas.

De vuelta al principio, la orden ejecutiva de Obama es “de justicia”. ¿Pero se puede saldar unilateralmente la deuda contraída con el votante latino sin contar con todas las partes interesadas? ¿Es cómo lo soñó el latino? Esto recuerda demasiado al aludido contrato del celular: “o lo tomas o lo dejas”. Puras lentejas

En esta nota

España Inmigración Lentejas voto
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain