Jóvenes invierten más por el bien común

La generación más endeudada muestra mayor conciencia global

Arturo García, 32, es como muchos en su generación. Para poder hacer el trabajo que realmente le apasiona, mantiene otro empleo en algo que no tiene nada que ver con la carerra por lo cual tiene una deuda de $70,000.

Pero en vez de amoldarse a la carrera que le da más ingreso, García no pierde su meta de hacer una diferencia ambiental.

“Básicamente, mi trabajo paga por mi pasión”, explicó el graduado de una maestría en la Universidad de Tecnología en Auckland, Nueva Zelandia.

Además de ser la generación más endeudada, y con el porcentaje más alto de desempleo, la generación ‘del milenio’ (entre 18-34 años), es la que tiene mejor nivel educativo. Sin embargo, un nuevo estudio hecho por The Forum for Sustainable and Responsible Investment (US SIF) muestra que la generación se caracteriza con el aumento de inversiones responsables y sostenibles.

Entre 2012 y 2014, los activos bajo dirección de compañías que consideran los efectos ambientales, sociales y gobernación corporativo cuando toman una decisión de invertir o opinar como accionistas, han aumentado un 76%.

La directora del estudio, Meg Voorhes, dice que los milenarios tienen un sentido fuerte de comunidad, tanto globalmente como localmente. “Crecieron en el mundo de redes sociales”, explicó Voorhes. “Entonces sienten el mundo más pequeño, y conectan con temas más amplios”.

También son la generación mas diversa. El 21% de los milenarios son hispanos, y este porcentaje crecerá un 20% para el 2020, según un estudio hecho por Univision Communications Inc. El último proyecto de García, de origen mexicano, es recaudar fondos para limpiar la isla más oriental del archipiélago de las islas Galápagos, Isla de San Cristobal en Ecuador.

Su meta es colocar la basura que no sea orgánica, como plástico y electrodomésticos viejos en contenedores usados para disminuir los graves efectos que están causando a la isla. Como García, Michelle Quiles Montalvo, 26, siente una gran responsabilidad social. En su primer año de la universidad en 2007, empezó una organización sin fines de lucro con un grupo de amigos en su ciudad de origen, San Juan, Puerto Rico.

Montalvo, quien sirvió como la presidenta de la organización, Mentes Puertorriqueñas, por 7 años, dijo que aunque recibió el apoyo de sus papás, al principio no entendían su decisión ni la importancia de empezar esta organización.

Hoy esta graduada de la facultad de derecho en la Universidad de Nueva York trabaja en su primer empleo en un despacho grande de abogados. Aunque tiene una deuda de más que $200,000 que tiene que pagar , su meta es regresar al mundo de organizaciones sin fines de lucro

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