2015: un año definitorio para México

En vez de ofrecer soluciones a la crisis , el Presidente promete regalar millones de televisiones

Al salir de la Casa Blanca, Peña Nieto fue insultado por un centenar de manifestantes que lo tacharon de "asesino".

Al salir de la Casa Blanca, Peña Nieto fue insultado por un centenar de manifestantes que lo tacharon de "asesino". Crédito: Getty Images

Para la mayoría de los mexicanos el 2015 empezó con pocas esperanzas de que la situación mejore. Pese a que en su mensaje de Año Nuevo el presidente Enrique Peña Nieto reconoció que México no puede seguir igual y es imperativo que cambie para bien, en las calles, en las redes sociales y en los comentarios editoriales se advierte un gran pesimismo y desazón por la magnitud de la crisis que afronta el país.

Y es que prácticamente en todos los frentes México tiene retos monumentales que requieren de un liderazgo fuerte, comprometido y visionario del que Peña Nieto carece. Para empezar, está el gravísimo problema de la corrupción y falta de transparencia de su gobierno. El asunto de la compra de la casa blanca en las Lomas al Grupo Higa, que es el principal contratista de su administración, aún indigna a la opinión pública justamente porque el presidente no se atrevió a reconocer que se trataba de un grave conflicto de interés.

Están, por otro lado, las graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas por las autoridades. El asesinato de 22 personas ejecutadas por el Ejército en Tlatlaya y la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa han desencadenado plantones y protestas que seguramente continuarán a lo largo del año debido a la falta de seriedad y sensibilidad con que ha respondido el gobierno. Estos dos casos, como bien lo indica la organización Human Rights Watch, reflejan un patrón más amplio de abusos e impunidad.

En el tema económico, en su discurso de Año Nuevo el presidente aseguró que las reformas estructurales aprobadas en 2014 ya empezaron a dar frutos, lo cual, por decir lo menos, es una aseveración temeraria. Aunque en los últimos meses el gobierno ha presumido que se han creado miles de empleos, en su mayoría éstos son mal remunerados y no contribuyen a consolidar a la clase media. Por otra parte, el país está todavía lejos de cumplir con la meta de agregar al menos un millón de trabajos al año para que los jóvenes que se incorporan a la fuerza laboral no queden desocupados. La baja internacional de los precios del petróleo, que es el principal producto de exportación de México y la pérdida del valor del peso frente al dólar son también factores que nublan el horizonte económico.

Pero en lugar de ofrecer soluciones acordes a la crisis, da mucho que pensar el hecho de que el presidente responda con promesas como la de dar gratis televisiones digitales a más de diez millones de familias de escasos recursos. El 2015, en todo caso, será un año decisivo para su gobierno.

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