Editorial: Indignación para recordar
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Hay festejo entre las filas republicanas y profunda desilusión en la comunidad inmigrante.
Un juez de Texas le dio una victoria a 26 estados de mayoría republicana, abriendo la posibilidad de que cientos de miles de “soñadores” queden expuestos a la deportación y evitando que millones de padres de familia arraigados a este país puedan trabajar sin la amenaza de la expulsión.
Éste es un triunfo para los que creen que la explotación del indocumentado y su deportación es lo más importante. No se puede ignorar que la derrota en el debate constitucional sobre el poder presidencial, además de humillar a Barack Obama, destruirá el futuro de millones de personas.
Ésta es una victoria para quienes creen que una regularización de indocumentados va a drenar las arcas de los estados basándose en temores, estereotipos e ignorancia. Piensan como lo hizo el ex gobernador Pete Wilson de California hace 20 años y sufrirán el mismo efecto contraproducente.
La decisión envalentonó a la mayoría republicana del Congreso. Normalmente el fallo debería dar un respiro a la disputa por el presupuesto para el Departamento de Seguridad Interna. El giro positivo en el tribunal permite a los republicanos salir del atolladero en que se encuentran, dejando el tema en manos de los jueces. Pero hoy más que nunca, están empecinados en que el destino del presupuesto esté atado a eliminar las acciones ejecutivas.
Éste es el momento para que los votantes latinos miren a su alrededor, para ver quiénes se regocijan de este fallo, quiénes lo denuncian y quiénes miran para otro lado. Acá no hay punto medio ni interpretaciones benévolas.
La realidad humana no se tapa con excusas legalistas. Los legisladores y gobernadores republicanos son la causa de que vaya a haber más gente deportable. De que los “soñadores” que comenzaron a incorporarse a la sociedad para aportar su labor estén otra vez a la puerta de la expulsión.
El impacto del veredicto es temporal, todavía falta mucho por resolverse. La indignación por el fallo, por quienes lo promovieron y quienes lo celebran, estará presente por mucho tiempo. No se puede olvidar a los desalmados e ignorantes que creen que le hacen un favor al país destruyendo familias trabajadoras.
