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Editorial: Basta de robar salarios

La mayoría de las víctimas en Los Ángeles son los inmigrantes, las mujeres y las comunidades de color

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Crédito: Aurelia Ventura

Cada semana se producen en California 372,000 robos de un mismo tipo, a un costo estimado entre 1, 200 y 1,500 millones de dólares anuales. La cifra es digna de una epidemia; el delito es el robo de salario, que significa no respetar la ley al momento de pagar la compensación que le corresponde a un empleado. Es hora de frenar este abuso contra el trabajador.
La estadística dada a conocer por el Departamento de Trabajo federal en un reporte de diciembre de 2014 revela la magnitud de este problema en nuestro estado. La mayoría de las víctimas en Los Ángeles son los inmigrantes, las mujeres y las comunidades de color, según un estudio del Centro de Estudios Laborales de UCLA.
El robo de salario, específicamente, es no pagar por los menos el mínimo, horas extras o como ocurre en algunos casos, establecer períodos de “capacitación” que no son más que una excusa para tener a alguien trabajando gratis, entre otros trucos.

Existen leyes y procesos para quejarse, pero son raras las veces que el empleado recupera lo que se le adeuda. El reporte más reciente del comisionado de Trabajo de California indica que solo se recaudó el 20% de lo que se debe. Muchas de estas empresas cierran en un sitio, abren en otro con nombre diferente y así evitan pagar.

El año pasado un proyecto de ley para corregir este problema fue desechado en Sacramento por ser considerado excesivo. Hoy la SB588 del senador Kevin de León es la solución. La medida exige a las empresas tener un bono/fianza de 150,000 dólares para ser abonado a los empleados en caso que no obedezcan la orden del Estado. También permitirá citar directamente a los dueños de las compañías para evitar que armen otra empresa para eludir la obligación judicial.

Es lamentable que haya empleadores que estafen al trabajador aprovechándose de su condición migratoria, de su vulnerabilidad económica o su desconocimiento. Estos son tan delincuentes como cualquier ladrón. La primera medida es que las víctimas recuperen su dinero, la SB588 es un paso importante hacia ese fin.

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