La mejor inversión para cada etapa de la vida
Inversiones inteligentes a cualquier edad
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Hay que aprender a invertir en cada etapa de la vida. Crédito: Shutterstock
Incursionar en el mercado en la adolescencia o en la jubilación no hace a la diferencia: usted puede usar métodos rápidos y paulatinos para consolidar su cartera de inversión a cualquier edad. Aquí encontrará todo lo que debe saber y qué hacer llegado el momento.
En primer lugar, debe entender que cada tipo de inversión conlleva sus propios riesgos y posibles beneficios. Como regla general, a mayor riesgo, más probabilidades hay de que mayores sean sus ganancias o sus pérdidas. Algunos tipos generales de inversiones:
Acciones. Al invertir en acciones, usted adquiere una participación en una empresa que cotiza en bolsa. Las acciones pueden ser sumamente rentables y de alto riesgo.
Bonos. Los bonos son inversiones de bajo riesgo y, habitualmente, de baja rentabilidad. Son como un pagaré emitido a su nombre por una empresa o gobierno, para citar dos ejemplos. Su rentabilidad está representada por intereses que se le pagan sobre el importe prestado (en este contexto, invertido) por usted.
Fondos mutuos. Son grupos de inversiones de distinto tipo, por ejemplo, acciones, bonos, inmuebles u otros activos para crear una cartera equilibrada. En ocasiones, se los categoriza según el tamaño o sector al que pertenecen las empresas en cuyas acciones invierte el fondo. A menudo, los fondos combinan inversiones de bajo y de alto riesgo.
Inmuebles. Comprar, restaurar y alquilar o vender un inmueble puede generar importantes rentabilidades netas. Al igual que sucede con el mercado bursátil, el mercado inmobiliario puede ser sumamente volátil y la rentabilidad que obtenga puede verse muy disminuida por ciertos factores, por ejemplo, los impuestos. Analice las tendencias del lugar en el que vive si desea invertir en bienes raíces.
Certificados de depósito (CD). Son inversiones a plazo fijo, por lo general, en bancos o sociedades de ahorro y préstamo. Generan intereses y son de bajo riesgo.
Productos básicos. Esta categoría de inversión incluye el oro, la plata, las joyas y los metales preciosos. Al igual que las acciones, los productos básicos son inversiones riesgosas porque su valor fluctúa de manera impredecible.
Hay otras categorías de inversiones. Algunas de ellas son riesgosas –piense, por ejemplo, en inversiones alternativas como obras de arte o acciones de empresas de países emergentes– mientras que otras son más seguras aunque poco rentables, por ejemplo, las cuentas del mercado monetario generan apenas un 1% en intereses.
El factor tiempo. Sus tendencias de inversión deberían cambiar con los años, al igual que sus necesidades financieras.
En la juventud, uno puede aprender a conocer el mercado desde cero. Probablemente, en esta etapa, los fondos mutuos sean el enfoque de inversión más sencillo con un alto potencial de rendimiento, y permiten familiarizarse con distintas inversiones. Dado que el tiempo juega a favor, también puede darse el lujo de tener más acciones que bonos en su cartera, quizás una relación de 70/30 u 80/20.
En la madurez, debe apartarse de las inversiones más riesgosas. Deje de lado las acciones y los fondos mutuos y elija certificados de depósito y bonos, que son inversiones más seguras y predecibles. A esta edad, debe equilibrar la proporción de acciones y de bonos en cartera de manera uniforme; no deje que las acciones superen el 55% de sus tenencias, y, a medida que se acerca a la edad de jubilarse, las acciones deben representar aproximadamente un 20% de su cartera.
Al llegar a una edad avanzada, su cartera debe estar claramente conformada por activos de menor riesgo: bonos, certificados de depósito, bienes raíces bien evaluados, productos básicos tales como el oro e inversiones en renta fija. Su cartera de inversión debe estar constituida por un 35% o menos en acciones y por un 65% o más en bonos.
Pese a la sabiduría popular de que las cuentas de jubilación individuales son la mejor opción para los jóvenes, las IRA pueden brindar a los inversionistas de edad avanzada beneficios impositivos, además de otras ventajas.
Durante la jubilación, también debe comenzar a invertir tiempo y dinero en tomar recaudos. Por ejemplo, las pólizas de seguro de cuidados a largo plazo ayudan a hacer frente a gastos no relacionados con la salud, por ejemplo, cuidados cotidianos en caso de sufrir una discapacidad. En ocasiones, las personas mayores también son el blanco de delitos y fraudes financieros. En ésta, al igual que en otras etapas de la vida, acuda a un buen asesor financiero profesional para recibir ayuda.