Trabajadores ‘huéspedes’ más explotados que los indocumentados

Sus salarios son más bajos y al estar "atrapados" con un empleador son más vulnerables a sufrir abuso laboral

Jacinto Elvarado, quien está en EEUU con visa H-2A recoge naranjas en una plantación de Florida.

Jacinto Elvarado, quien está en EEUU con visa H-2A recoge naranjas en una plantación de Florida. Crédito: Getty

Los miles de trabajadores mexicanos que llegan a Estados Unidos contratados desde su lugar de origen como parte de los programas de visas temporales  H-2A y H-2B son más vulnerables a los abusos y explotación laboral por parte de sus empleadores que aquellos que se encuentran en el país como indocumentados, concluye una investigación del Economic Policy Institute (EPI).

Los trabajadores temporales mexicanos – o “huéspedes” como comúnmente se les llama- ocupan los empleos de más bajo nivel y reciben salarios similares a los de los indocumentados y un 11% menos que se le pagaría a un trabajador con residencia permanente, dice el reporte.

Pero lo que es peor, según los investigadores de EPI, es que los trabajadores con H-2A para campesinos y H-2B para industrias no agrícolas con escasez de mano de obra no calificada  están “atrapados” con un solo empleador sin la posibilidad de buscar mejores oportunidades laborales.

“Los programas  H-2A y H-2B  supuestamente dan ventaja sobre los trabajadores no autorizados al darles un estatus legal, pero ese no es el caso”, sostiene  Lauren Apgar, socióloga en  Indiana University Bloomington, quien comparó la situación de empleo de los trabajadores temporales mexicanos con los residentes legales y los indocumentados.

“El marco legal que regula los programas de trabajadores temporales es inadecuado y no han logrado protegerlos de las prácticas de explotación que enfrentan los trabajadores no autorizados”, agregó Apgar, explicando que además, el mercado laboral para esta mano de obra es “increíblemente limitado” dado que el empleador es prácticamente el dueño de la visa y puede amenazar con la deportación para evitar quejas de abuso en su contra.

Ante la falta de una reforma migratoria comprensiva, los programas de visas H-2A y H-2B han crecido significativamente en la últimas décadas por ser un recurso viable y rápido que tienen los empleadores para hacerse de mano de obra barata.

La actual cuota de visa tipo H2A es de 66 mil al año y se agotan apenas unos días después de que el servicio de inmigración abre la ventanilla para cada año fiscal.

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En medio del debate migratorio, la propuesta de los legisladores más conservadores  para limitar la inmigración indocumentada ha sido traer más trabajadores “huéspedes” dependiendo las necesidades de la economía.

Apgar recomienda un cambio de políticas para que sean los trabajadores temporales nuevos quienes reciban directamente la visa, en lugar de que sean los empleadores los que tienen el control total de éstas, permitiéndoles reportar sin temor abusos y violaciones laborales.

Pero Daniel Costa, director de Leyes de Inmigración y Políticas de Investigación de EPI, no está de acuerdo con esa idea.

“Cuando permitimos que los trabajadores queden vulnerables a las amenazas de deportación, son explotados y mal pagados. No solo ganan menos que los residentes legales, también ganan menos que los indocumentados”, dijo.

“A menudo las y los trabajadores basan sus decisiones para trabajar en Estados Unidos en promesas falsas sobre el pago y las condiciones laborales“, destacó Rachel Micah-Jones, fundadora y directora ejecutiva del binacional Centro para los Derechos del Migrante (CDM), una organización civil que desde hace una década ha documentado miles de casos de personas que creyeron en reclutadores y empresas y quedaron en la calle.

Un reglamento para protegerlos

Los Departamentos del Trabajo (DOL) y de Seguridad Nacional (DHS) emitieron el nuevo reglamento con el que se pretende frenar los desfalcos que durante años han vivido trabajadores, principalmente mexicanos, por parte de reclutadores, empleadores y todo tipo de timadores.

En adelante, los empleadores de temporales en EEUU tampoco podrán tomar represalias en caso de que éstos presenten quejas, consulten abogados o ejerzan su derecho a la protección como ocurrió muchas veces.

Entre las nuevas reglas resaltan:

– La obligatoriedad de los patrones de proporcionar una copia de la orden de trabajo y los contratos a cada trabajador en su idioma nativo.

– Pagar o reembolsar a los trabajadores los gastos de visado y del viaje de ida a EEUU cuando el trabajador complete el 50% de su contrato de trabajo, y el regreso hasta que se cumpla el tiempo establecido en el contrato o antes en caso de despido.

– Las compañías deberán prohibir explícitamente que los reclutadores cobren cuotas por sus servicios de reclutamiento laboral a los trabajadores, lo cual evitará que se endeuden.

– Para prevenir que los empleados recluten a demasiados trabajadores, deberán pagar tres cuartas partes del contrato.

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