Una legislación peligrosa

La falta de una reforma de inmigración integral lleva al Congreso a elaborar medidas migratorias aberrantes y estridentes

Detienen a 110 inmigrantes indocumentados en Florida

Crédito: EFE

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Hay mucha confusión sobre inmigración. La falta de una política integral en un tema muy complejo, que tiene un impacto diverso en cuestiones humanas, económicas y sociales conduce a la elaboración de legislación desastrosa, mirando selectivamente las noticias. Los millones de indocumentados trabajadores y honestos no interesan tanto como el convicto asesino que mató a una ciudadana. La tendencia a ignorar los primeros y obsesionarse con el segundo produce  aberraciones como la de hace unos días.

La Cámara de Representantes votó en favor de eliminar millones de dólares de asistencia federal para combatir el crimen en cientos de ciudades de todo el país, que caen bajo la definición de santuario, por condicionar la colaboración de su policía local con las autoridades de migración. Esto significa que la mayoría republicana, opositora a ultranza de los mandatos federales, quiere imponer su voluntad desde Washington, y como su meta dice es garantizar la seguridad de todos los estadounidenses, les quiere cortar el dinero para enfrentar la delincuencia.

La incongruencia es mayúscula. Los legisladores quieren manejar desde Washington DC la manera que debe actuar la policía de grandes centros urbanos ya de Los Ángeles al Condado de Hall, en Nebraska, como de Nueva York al Condado de Finney en Kansas. Desde el Congreso se pretende decirle a las policías locales cuál es la mejor manera de garantizar la seguridad pública de su jurisdicción.

La mezcla de soberbia, celo ideológico y desconocimiento les hace creer a estos legisladores que los indocumentados solo cometen delitos y que no ayudan a resolverlos, como lo aseguran los jefes de policías de estas ciudades. La policía local, mejor que nadie, sabe que es fundamental tener la confianza de las comunidades inmigrantes para la seguridad pública de todos.

Empero de poco sirve el sentido común cuando se puede ganar puntos políticos alimentando el estereotipo negativo del inmigrante. Hasta vale traicionar los principios federalistas. Por ejemplo, habría que ver si la defensa acérrima de la Cámara Baja a la implementación de la ley federal sería la misma si se quiere imponer regulaciones ambientales a las ciudades. Otro sería el cantar.

La falta de una reforma de inmigración integral lleva al Congreso a elaborar medidas migratorias aberrantes y estridentes sin importarles seriamente la seguridad pública de los estadounidenses.

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