París y sus efectos en la lucha por la Casa Blanca

los candidatos a la presidencia deben analizar n cuidadosamente las consecuencias de cualquier acción de EE.UU. en el Medio Oriente

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Crédito: EFE

Los atentados terroristas de París han abierto un nuevo frente de divisionismo en la política estadounidense que tendrá amplias repercusiones en la contienda presidencial.

Debido al temor desencadenado por las amenazas del Estado Islámico en el sentido de que su siguiente objetivo será Washington, lo más probable es que los candidatos extremistas radicalicen todavía más su discurso antiinmigrante y xenofóbico para aumentar su popularidad.

Donald Trump, por ejemplo, no perdió la oportunidad para saltar al ruedo con sus acostumbradas declaraciones explosivas. En una entrevista con MSNBC, el magnate republicano dijo que si él fuera presidente de Estados Unidos, probablemente no hubieran ocurrido los atentados en Francia.

“Deberíamos haber bombardeado antes los campos de entrenamiento de los terroristas”, dijo Trump. Y agregó que consideraría seriamente cerrar las mezquitas de Nueva York y enviar más tropas al Medio Oriente para atacar a los terroristas. Esta postura marca un abierto contraste con la política de Obama, quien hasta ahora ha dicho que seguirán los bombardeos aéreos pero no enviará tropas terrestres.

Los republicanos han aprovechado también para culpar a Obama no sólo por lo que consideran su tibia respuesta ante ISIS sino por el surgimiento de este grupo. El senador Rick Santorum acusó tanto al presidente como a Hillary Clinton de haber contribuido a la creación del Estado Islámico por haberse salido antes de tiempo de Irak. Pero de manera muy conveniente omitió decir que el origen del problema se debió al error de Bush de haber invadido Irak.

Otro asunto que ha causado graves fricciones es el de los refugiados sirios.

Obama insiste en mantener su promesa de ofrecer asilo a 10 mil de ellos, pero 26 gobernadores se han negado a recibirlos. Si bien es comprensible el miedo a que pueda infiltrarse un terrorista dentro de los refugiados, sería también inhumano dejar en el desamparo a miles de mujeres y niños, sobre todo porque el país cuenta con los recursos necesarios para examinar los antecedentes de los que podrían entrar.

Lamentablemente, es de esperarse que las posturas en torno a la política que debe adoptar Estados Unidos frente al Estado Islámico se polaricen más por la contienda electoral. Hay que subrayar, sin embargo, que el terrorismo no se vencerá con divisionismos. Lo que requerimos es que este gobierno y los candidatos a la presidencia analicen cuidadosamente las consecuencias de cualquier acción de EEUU en el Medio Oriente. No se puede arriesgar la seguridad nacional con medidas tímidas cuando se requiera la fuerza, pero tampoco se puede actuar con acciones dictadas solamente por la ira o el deseo de venganza. Hoy más que nunca debemos recordar la lección de Irak.

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