Narcos interfieren con drones y sistemas de vigilancia en la frontera con México
Estados Unidos vigila la mitad de la frontera mexicana con drones. Los vuelos cubren unos mil 400 kilómetros, gran parte en Texas. No obstante, el programa se ha visto amenazado por sus propias deficiencias y por amenazas como la que representan los cárteles mexicanos
En EEUU, el uso de cámaras de vigilancia y de antenas de telecomunicaciones se ha vuelto una estrategia de suma importancia para los cárteles.
En Tamaulipas, por ejemplo, las autoridades desmantelaron en mayo pasado una sofisticada red de radio clandestina que fue utilizada como un sistema de comunicación por el Cártel del Golfo. El gobierno estatal incautó en esa ocasión 39 videocámaras, alimentadas por líneas eléctricas que fueron tendidas encima de las calles de la ciudad y que accedían a Internet a través de cables de teléfono a lo largo de los mismos polos.
El sistema ilegal de vigilancia era presuntamente usado para espiar a las Fuerzas de Seguridad en Reynosa. Las cámaras operaban en puntos clave para vigilar la actividad de la Octava zona militar, de la Marina, de la Fiscalía General y de la policía estatal, así como centros comerciales y algunas zonas residenciales.
Esas técnicas ahora han sido trasladas en la frontera con EEUU.
El Departamento de Seguridad de EEUU se negó a decir a Defense One con qué frecuencia los contrabandistas trataron suplantar e interferir los sistemas GPS los drones.
Bennett dijo que los ataques están obstaculizando la capacidad de las autoridades para trazar las rutas de la droga. “Estás por ahí buscando, tratando de descubrir este camino [por el que están] pasando las drogas, y no podemos obtener buenos sistemas de coordenadas […] Eso estropea todo. Tenemos que solucionar ese problema “, dijo.
El funcionario del Departamento de Seguridad dijo que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza tiene una necesidad creciente de usar estos vehículos no tripulados, en especial los “pequeños”. Dijo que a diferencia de los drones más grandes diseñados para tareas militares, los pequeños son más vulnerables a la piratería y a la suplantación de ubicación.
Un informe de la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Seguridad de EEUU reveló en enero del presente año que el programa de los drones empleado por las autoridades fronterizas de EEUU no ha logrado los resultados deseados.
El OIG encontró que el tiempo de de vuelo de los aviones no tripulados quedó muy lejos de la meta de la Oficina de Aire y Marina (OAM) de 16 horas al día los 365 días al año. La contraloría detectó que los drones estaban en el aire por sólo 22 por ciento de esas horas
“A pesar de la importante inversión, no vemos ninguna evidencia de que los aviones contribuyan a una frontera más segura, y no hay razón para invertir más fondos de los contribuyentes en este momento […]. Asegurar nuestra frontera es una misión crucial para la CBP y el DHS. Pero el programa de aviones no tripulados de la CBP hasta ahora se ha quedado muy lejos de ser un activo a ese esfuerzo”, dijo el inspector general John Roth en esa ocasión.