Editorial: Malas nuevas sobre el cambio de clima

El calentamiento global se está acelerando más de lo esperado. El que en 2014 y 2015 se haya superado todo récord en 136 años desde que se toma esta medida, y el que la proyección para 2016 sea batir otra marca, indica un proceso continuo que poco tiene que ver con fenómenos temporales climatológicos.

El Niño, por ejemplo, jugó su papel para que la temperatura se eleve en 2015, pero es un error utilizar este argumento para justificar las anomalías y eventos del clima en el año pasado. La Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA) dio a conocer una preocupante evaluación sobre los inusuales patrones que se desarrollaron a lo largo del mundo. Desde el huracán Sandra, que en frente a la costa de México se convirtió en el peor de su tipo jamás registrado, hasta las peores lluvias e inundaciones en China en 40 años. Hubieron lluvias, sequías, huracanes, olas de calor, tormentas e incendios en lugares inusuales y con una virulencia desconocida.

Lo peor del reporte de la NOAA es la determinación que la temperatura global se elevó en casi un (1) grado centígrado desde la era preindustrial. En la reciente conferencia internacional sobre el clima en Paris se estableció la meta conjunta de impedir que la temperatura suba más de 1.5 grados centígrados por las consecuencias que esto traerá.

La urgencia de proteger la Tierra del efecto invernadero se estrella en muchos casos con la oposición empresarial que ve las regulaciones para controlar emisiones como prohibitivamente costosas. Los argumentos que niegan la ciencia detrás del calentamiento global cuentan con el financiamiento de una parte del sector privado. También hay economías en desarrollo que consideran injusto que se les impida ahora el crecimiento económico, limitando el uso de recursos energéticos carboníferos, que usaron las naciones industrializadas.

La situación requiere la participación de todos para enfrentar esta amenaza. Es bueno que los votantes respalden candidatos que primero reconozcan el impacto humano en la creación del calentamiento global y en sus consecuencias. Al mismo tiempo, urge a nivel personal seguir las recomendaciones para reducir la emisión de gases ya sea en automóviles como evitar el derroche energía en aparatos para el hogar. Se necesita hacer un giro en el motor de desarrollo y estilo de vida conocido hasta ahora para poder dejar a las generaciones venideras un planeta en mejores condiciones.