¿Es hora de cambiar de rumbo profesional?
Emergen nuevos tipos de trabajos y oportunidades mientras otros languidecen. A veces no solo hay que cambiar de trabajo sino de carrera. ¿Cómo?
Más personas están dejando voluntariamente su trabajo que en ningún momento tras la Gran Recesión. No es como antes de esta gran crisis pero las cifras que tabula el departamento de Trabajo empiezan a subir y esa es una buena noticia porque refleja que hay confianza en encontrar alternativas. Pero algunas personas no solo dejan su trabajo sino su profesión y de hecho organizaciones como NY Teaching Fellows están mostrando en los anuncios del transporte público de la ciudad como un abogado cambió de camino para enseñar álgebra en un colegio.
Es un paso complicado pero no imposible. Puede ocurrir porque el tipo de trabajo que uno hace ya no tiene demanda o es muy pobre, o quizá ya no gusta o motiva. Tony Lee, vicepresidente de la Society for Human Resource Management (SHRM, Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos) explica que cuando se toma la decisión de cambiar de rumbo profesional hay que hacer mucha investigación sobre uno mismo y muchas listas.
“El primer paso es hacer una lista con las capacidades y fortalezas profesionales que pueden ser transferibles a otro empleo”, dice Lee. Se trata de aspectos como capacidad de hablar en público, trabajar en equipo, pensar de forma estratégica, creatividad….. “La segunda lista que hay que hacer es la de las cosas que a uno le gustan en su actual trabajo y cruzarla con una tercera que describa lo que a uno le gusta de la vida y de un trabajo”.
Todos esos listados que Lee sugiere permiten escribir una descripción laboral que “incluya todas las cosas que motivan a cada uno y eso facilita identificar las oportunidades que se puedan presentar”. Este experto advierte, no obstante, algo que muchos trabajadores maduros ya saben, “no hay trabajo perfecto”. Pero si hay que saber distinguir las cosas que no se quieren hacer en las oportunidades que puedan salir y las que se pueden aceptar. “Al tener por escrita la descripción laboral ideal se puede estudiar mejor la oferta que uno tenga y evaluar las oportunidades con mejor criterio”.
Ahí no se acaba el trabajo duro.
El siguiente paso es actualizar el resumé u hoja de vida. Es el momento en el que se tienen que definir, muy brevemente, “las capacidades que se quiere enfatizar”. Lee dice que es importante empezar este tipo de CV priorizando el aspecto funcional del profesional y no la cronología laboral, es decir, las capacidades que definen al trabajador independientemente del tipo de empleo que tenga. “A mi me gustan las hojas de vida que resumen en cuatro o cinco puntos fortalezas como excepcional líder de equipo, creativo, estratega en solución de problemas… básicamente decir en qué se es lo mejor”.
Es importante aclarar, en una carta introductoria o en una entrevista, qué es lo que la preparación y capacidad de cada uno puede aportar al sector al que se opte y no se va a encontrar en otro lado. Para no empezar de cero se aconseja hacer trabajo de voluntariaso, hacer cursos o simplemente mantenerse al día con lo relevante en el sector al que se quiera dirigir el trabajador que cambie de carrera. Y ser honesto con las razones por las que se cambia. “Motivos económicos, por cansancio, por insatisfacción, normalmente la gente lo entiende”, asegura Lee.
Conexiones
Para que una hoja de vida tenga una mayor efectividad es crucial la red de personas que se conocen y esta red hay que ampliarla cuando se quiere cambiar el rumbo. “Las referencias de alguien conocido suele ser lo que abre las puertas”, admite Lee.
Cálculos
Cuando se cambia de carrera, normalment hay que cambiar de estilo de vida también. Hay veces que se tiene que dar un paso atrás en cuanto a salario, título, cantidad de responsabilidades, “uno tiene que estar dispuesto a hacer sacrificios, se está pidiendo un acto de fe por parte del empleador y tiene que haber contrapartida”, dice este experto.