Segunda llegada de Hitler

El proceso electoral primario del Partido Republicano es como un programa virtual de televisión.

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Crédito: Captura de Youtube/CNN

Donald Trump, como un gran amarillista que se lo conoce que es, ya está haciendo escándalo por el apoyo que le dio la comunidad latina en las asambleas electorales de Las Vegas. Las cifras indican que más del 40% de los latinos republicanos votaron por él, 29% por Marco Rubio y 18% por Cruz.

Lo anterior es una cifra sorprendenteporque tanto Rubio como Cruz son considerados latinos debido a que tienen ascendencia cubano-estadounidense.

Una vez terminado el conteo de los votos,Trump dijo al frente de un gran número de sus simpatizantes que “ganamos el voto de los evangelistas; ganamos con los jóvenes; ganamos con los viejos; ganamos con los que tienen mucha educación; ganamos con los que tienen una educación pobre”.

Cuando Trump hablaba sobre los que tienen una “pobre educación”, es muy probable que en su mente se vislumbró la figura de una persona latina.  La xenofobia de Trump no tiene límites y su eurocentrismo le hace pensar que nosotros, los latinos, solo vivimos para servirle.

Lo triste es que algunos latinos lo apoyen, como aquella colombiana que lo abrazó en uno de los eventos de su campaña política.   Esta colombiana dirá y con razón, “todos tenemos el derecho a apoyar a quien se nos peque la gana”.

La realidad nos dice que estas personas tienen problemas y necesitan ayudarse ellos mismos.  Estas personas que, de acuerdo a Trump son pobres intelectualmente, no se dan cuenta que, al votar por sus políticas intolerantes, no solamente están deteriorando a su comunidad, sino que se están haciendo daño a ellos mismos.

A esta falta de identidad y sobretodo a la negación de solidaridad con su propia gente –es decir al acoso de su propio grupo social— se conoce como “discriminación estructural”.  Este tipo de discriminación sugiere que el efecto las estructuras sociales, como la religión, la educación, la política, costumbres, etc., son tan dominantes alrededor del individuo que no le permite decidir por sí mismo. Le incita a actuar en forma discriminatoria contra otro grupo o contra su propio grupo.Es decir, la persona actúa en forma irracional.

El proceso electoral primario del Partido Republicano es como un programa virtual de televisión. ¿Cómo me gustaría que así fuera?  Entonces no estaría preocupado de que Trump, con todos los prejuicios que tiene contra las minorías étnicas, tenga la posibilidad de pelearle el trono a Hillary Rodham Clinton.

Los verdaderos latinos nunca debemos permitirle llegar al poder.  Todos tenemos la obligación no simplemente a votar en contra de Trump, sino también de convencer a alguien que,si Trump llegara al poder, sería como la segunda llegada de Adofo Hitler.

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