Familias de inmigrantes no aprovechan los programas de educación temprana

El condado de Los Ángeles lanza programa para que los menores no se queden sin aprovechar los recursos que son críticos para su éxito en el futuro, dicen expertos

Desde pequeños, motívalos a descubrir el mundo y fomenta sus intereses personales.

Desde pequeños, motívalos a descubrir el mundo y fomenta sus intereses personales. Crédito: Archivo | EFE

Muchas familias de inmigrantes se muestran renuentes y desconfiados a que sus hijos participen en los programas de educación temprana aún cuando pueden hacer una diferencia en el éxito de los niños en cuanto a su aprendizaje y al llegar a adultos.

“Tienen que ser amigos y familiares quienes les den estas actividades para que confíen. La mayor parte de las veces los niños de familias de inmigrantes son criados en ambientes de cuidado informal ”, dijo la doctora Margaret Lynn Yonekura, directora de la organización no lucrativa LA Best Babies Network.

El condado de Los Ángeles lanzó una campaña para que los más de 800,000 niños de cinco años o menores no se queden sin acceso a la educación temprana. La organización de abogacía de los medios étnicos New America Media organizó un foro sobre el tema con la participación de educadores, expertos, defensores de la comunidad y padres de todas las razas que fue moderado por Sandy Close, directora de NAM.

Se define como educación temprana cualquier programa o actividad educativa que sirva a los niños antes de entrar al kinder, que los ayude a su desarrollo cognitivo y social.

Sandy Close escucha a un padre hispano
Sandy Close, directora de New America Media escucha a Joshua Lozano, contar su experiencia como padre soltero. (Araceli Martínez/La Opinión).

“Los niños son como esponjas. No importa lo que hagamos, ya sea que lavemos platos, ropa, o cualquier otra tarea, esas actividades podemos transformarlas en una oportunidad para fortalecer el cerebro del niño”, dijo la doctora Yonekura.

Por ejemplo, indicó que al ordenar la ropa por colores, contar los pares de calcetines, platicar de qué camisas son del papá o el hermano, se ayuda al cerebro del menor.

Hizo ver que durante los primeros cinco años de vida del niño, los padres son los primeros y más importantes maestros y los constructores del cerebro de un niño.

Los animamos a que les platiquen, lean y canten porque los ayudan a aprender más”, comentó.

Por el contrario los menores que son descuidados en grado extremo tienen menos materia gris, un componente mayor del sistema nervioso central.

“Sin ustedes, el cerebro de sus hijos no será tan fuerte como puede ser”, expuso la especialista.

Panel sobre educación temprana
Sandy Close, directora de New America Media dirigió un taller sobre educación temprana sobre los esfuerzos del condado para promoverla. (Araceli Martínez/La Opinión).

La pobreza, un obstáculo en contra

Durante el encuentro se dio a conocer que 52% de los niños menores de cinco años son latinos, 80% ciudadanos estadounidenses, y el 20% de ellos al menos tienen un padre inmigrante.

Se destacó que el nivel de pobreza más alto de la nación lo tiene California mientras que en Los Ángeles, el 32% de los menores latinos crecen en la pobreza.

“Uno de cada cuatro niños viven en la pobreza. Estamos hablando de familias con cuatro miembros y un ingreso de 25,000 dólares al año”, observó Sandra Gutiérrez, directora nacional de la organización no lucrativa Abriendo Puertas/Opening Doors.

Actualmente no es suficiente con que un padre trabaje para mantenerse alejado de la pobreza.

“La situación es peor para las madres solteras”, dijo Gutiérrez. Y contó el caso de una estudiante que dejaba a su hijo en el auto mientras estaba en clases porque no tenía con quien dejarlo. “¿Eso es realmente un delito?”, cuestionó.  

Para la experta de Abriendo Puertas, las jóvenes madres llegan a situaciones extremas cuando no conocen los recursos de ayuda.

“Tenemos que darles acceso a los apoyos que pueden obtener y nunca han recibido”, indicó.

Pero el problema mayor que encuentran las familias y madres como la muchacha que describió Gutiérrez es el alto costo de los servicios de cuidado de los niños.

“Puede ir desde los 6,000 hasta los 8,000 dólares por año”, dijo Jackie Majors, presidenta de Crystal Stairs, una agencia no lucrativa que administra programas de cuidado de niños y que busca mejorar los costos.

Los expertos recomendaron a los padres llamar al número de teléfono estatal  2-1-1 que ofrece recursos gratis y de manera confidencial y los ayuda a conectarse con proveedores y programas como guarderías con licencia, campamentos de verano, prekinders, grupos de juego y otros.

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