Copa América Centenario: Espíritu de Andrés Escobar ronda el Rose Bowl
El defensor colombiano fue recordado a 22 años del autogol que en ese mismo estadio marcó ante Estados Unidos y que a la postre le costaría la vida
Oswaldo (izq) y su papá llegaron al Rose Bowl 22 años después de la tragedia. Crédito: Abraham nudelstejer | La Opinion
Hace 22 años, en la misma cancha del Rose Bowl donde el martes se efectuó el partido entre Colombia y Paraguay de la Copa América Centenario, se comenzó a tejer una tragedia que enlutó a un país entero.
El 18 de junio de 1994, el defensa de la selección de Colombia, Andrés Escobar, anotó un autogol ante Estados Unidos, jugada que a la postre le costó la eliminación a la escuadra cafetera de aquella Copa del Mundo.
Pocos días después de regresar a Colombia, Escobar fue asesinado a las afueras de un restaurant de la ciudad de Medellín.
“Fue un acto que entristeció a todo el país, algo que todavía nos duele”, dijo Oswaldo González, quien hace 22 años estuvo en el Rose Bowl atestiguando la desfortuna de Escobar.
El martes, Oswaldo regresó al inmueble de Pasadena para ver a su selección de Colombia enfrentar a la de Paraguay.
El diseñador industrial de 47 años de edad llegó al estadio acompañado de su papá, quien también estuvo presente en el partido en el que Escobar selló su destino.
“Ese día salimos con lágrimas en los ojos, salimos tristes, pero nunca nos imaginamos que la vida de Andrés terminaría de esa manera tan violenta”, dijo Hernando González.
El hombre de 75 años de edad refirió que su vista del martes al Rose Bowl también le representaba un momento personal muy especial.
“Hace 22 años, antes de entrar al estadio para ver el partido entre Colombia y Estados Unidos, me llamó mi familia para decirme que mi hermano había fallecido”, recordó.
“Por eso, esta visita tiene un significado muy grande para mí, es volver a recordar muchas cosas”, dijo Hernando, quien junto a su hijo vive en la ciudad de Riverside.
La memoria de Escobar también fue recordada por un grupo de aficionados colombianos residentes de Simi Valley que llegaron al estadio con una gran bandera de su país en la que estamparon el nombre del defensor ultimado a balazos más de dos décadas atrás.
“El asesinato de Andrés fue un hecho pavoroso, uno que enlutó a todo el país”, dijo Luis Fernando, quien tenía apenas ocho años de edad cuando Escobar fue asesinado.
“Era muy niño, yo vivía en Colombia, pero recuerdo perfectamente la conmoción que causó esa noticia. Hoy, estamos aquí para apoyar a la selección de Colombia pero también para rendir homenaje a Andrés”, apuntó.
