Resistir es una obligación moral

La ley es fundamental para mantener el orden social. Pero hay instancias en las que la legislación vigente atenta contra principios morales que no pueden ni deben ser ignorados

En Los Ángeles hay temor, pero la resistencia persiste contra las acciones antiinmigrantes del presidente Trump.

En Los Ángeles hay temor, pero la resistencia persiste contra las acciones antiinmigrantes del presidente Trump. Crédito: Joanna Jacobo | La Opinión

En la medida en que pasan los días y la administración de Donald Trump nos castiga con decretos ejecutivos autorizando la construcción de muros, ordenando la expulsión de inmigrantes y estableciendo una lista negra de países islámicos, a lo largo y ancho de Estados Unidos se repite la palabra ¨resistencia¨. Resistir en nuestros trabajos, en nuestras escuelas, en nuestras comunidades. En Rio Hondo College, algunos profesores estamos dispuestos a proteger a los estudiantes indocumentados. Protegerlos aunque esto implique, en la mejor tradición del Movimiento de Derechos Civiles, resistencia pasiva.

La ley es fundamental para mantener el orden social. Pero hay instancias en las que la legislación vigente atenta contra principios morales que no pueden ni deben ser ignorados. Es en esos momentos de prueba, como decía Martin Luther King, Jr., que ¨mantener silencio es traición¨.

La historia jurídica estadounidense está poblada de leyes que mantuvieron a afroamericanos en la esclavitud, que establecieron un sistema de segregación racial, que prohibieron los derechos políticos y económicos de las mujeres, que ordenaron la reclusión en campos de concentración de ciudadanos americanos de descendencia japonesa, que prohibieron el matrimonio entre personas de raza diferente.

Pero esa misma historia también está repleta de ejemplos de mujeres y hombres que resistieron la injusticia. Ese es el caso de Rosa Parks, la afroamericana que en diciembre de 1955 se rehusó a dar su asiento en un autobús en Montgomery, Alabama. Esta acción de desafío inspiró a toda una generación a resisitir el sistema de ´apartheid´. Como dijera el senador Edward Kennedy, “Su lucha… por la igualdad… despertó la conciencia moral de la nación¨.

Otro ejemplo de resistencia es el de Glenn Andreota, Lawrence Colburn y Hugh Thompson, quienes desobedecieron órdenes durante la matanza de My Lai. Cuando en marzo de 1968 la Compañía Charlie, al mando del teniente William Calley, atacó la villa vietnamita, se produjo una matanza de mujeres, niños y ancianos que hubiese sido más grave si no fuera por la intervención de Thompson y sus compañeros que evacuaron a sobrevivientes y apuntaron sus armas contra sus camaradas.

Las leyes cumplen un rol fundamental. Pero no son estáticas, universales y permanentes. Se ven influenciadas por cambios culturales, sociales y económicos que impactan a nuestras sociedades. Lo que era aceptable ayer, puede que no lo sea mañana. El aborto, el consumo de cannabis, la eutanasia, son ejemplos de esta variación histórica. Cuando estas leyes son inmorales, la misión de todo ciudadano decente es de promover su cambio. Cuando dañan principios constitucionales fundamentales, nuestra obligación es resistir. En Rio Hondo College, estamos listos.

*Néstor M. Fantini es profesor de sociología en Rio Hondo College.

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