Aumento en gastos de defensa desatará recortes en ayudas para pobres
Los recortes saldrán de programas que ayudan a la clase media y a personas de bajos recursos en las áreas de educación, vivienda, y capacitación laboral, entre otros
WASHINGTON.- El presidente Donald Trump promueve fortalecer a las Fuerzas Armadas de EEUU mediante un aumento de $54,000 millones en gastos de defensa para el año fiscal 2018, pero eso exigirá recortes que perjudicarán a los pobres, incluyendo gente que votó por él, advirtieron hoy expertos.
En su primer discurso ante una sesión conjunta del Congreso, Trump dijo que solicitará al Congreso un presupuesto que “reconstruye al Ejército… y pide uno de los mayores incrementos en gastos para la defensa nacional en la historia”.
Sin embargo, las estadísticas demuestran que no se trata de aumento “histórico”. Según el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, EEUU ha tenido numerosos incrementos en defensa desde 1977.
Trump's proposed defense budget is hardly one of the largest increases, was higher in FY09, FY08, FY03, FY02… #Jointsession pic.twitter.com/83wfcOFvEC
— Todd Harrison (@ToddHarrisonDC) March 1, 2017
En todo caso, Estados Unidos ya gasta más en defensa que otros países industrializados –su poderío militar incluye, por ejemplo, más portaaviones que ningún otro país en el mundo- y el aumento del 10% en defensa necesariamente exigirá recortes en numerosos programas sociales.
Analistas consultadas por este diario coincidieron en que estos gastos harían de Trump una especie de “Robin Hood” a la inversa, porque los recortes saldrán de programas que ayudan a la clase media y a personas de bajos recursos en las áreas de educación, vivienda, y capacitación laboral, entre otros.
¿Pan o armas?
La Casa Blanca prevé divulgar la propuesta presupuestaria el próximo 16 de marzo, y aunque se desconocen los detalles, su equipo solo ha identificado por ahora recortes por $3,000 millones en gastos “discrecionales” no relacionados con defensa.
Son programas “discrecionales” porque el Congreso tiene que aprobar cada año su techo de gastos a través del complejo proceso de asignaciones, e incluyen asuntos como la educación, investigaciones científicas y médicas, protección ambiental, parques nacionales, operaciones básicas del gobierno, y ciertas ayudas al exterior.
Estos no incluyen los programas del Seguro Social, “SNAP” (cupones de comida) Medicare y Medicaid, que tienen sus gastos predeterminados por ley.
Pero la lista de programas posiblemente afectados podría incluir “Head Start”; el programa de nutrición “WIC” (para mujeres, bebés y niños pobres); ayuda de vivienda; ayuda para víctimas de violencia doméstica; fondos para escuelas primarias y secundarias; becas “Pell” para estudiantes universitarios, capacitación laboral para adultos, y fondos de desarrollo comunitario.
Tampoco escaparían de la navaja programas ambientales, y programas de asistencia económica al exterior que maneja el Departamento de Estado.
Preocupantes repercusiones
Para Sharon Parrott, analista del Centro para Prioridades Políticas y Presupuestarias (CBPP, en inglés), cuesta trabajo creer que Trump habló con seriedad sobre ayudar a la clase media y a los más pobres y más vulnerables del país.
“La retórica sobre cómo se preocupan por los trabajadores y la gente que quedó olvidada en la economía no se refleja en esta propuesta, porque los recortes van a ser significativos en muchos servicios”, advirtió Parrott.
“Nosotros calculamos que, aún si el presupuesto del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) se queda igual, todo lo demás tendría un recorte de al menos 15% para llegar a esos $54,000 millones” para defensa, explicó.
Break the cycle of poverty? Then don't cut $54B from part of budget that funds early ed, K12, Pell grants https://t.co/f0cxJvOI2I
— Shannon Buckingham (@ShannonCBPP) March 1, 2017
Por su parte, Rebecca Buckwalter-Poza, del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, en inglés), dijo que el aumento en defensa “claramente tendrá que salir de los programas en los que dependen sus votantes”, y la analogía a “Robin Hood” no es una exageración porque Trump no solo se ha puesto de lado de las grandes corporaciones sino que “absolutamente va a recortar beneficios a la gente que los necesita”.
“No es que una sola persona vaya a perder todo a la vez, pero sí habrá una erosión en los gastos a corto y largo plazo… nos preocupa que se recorte la ayuda legal para gente vulnerable porque la única manera que puede hacer valer sus derechos es en las cortes, y se les estaría una de las formas de hacerlo“, dijo.
Trump's budget cuts most federal agencies, except the military https://t.co/ojCAbT87Zq #Jointsession
— American Progress (@amprog) March 1, 2017
Lindsay Koshgarian, directora de investigaciones del “Proyecto de Prioridades Nacionales (NPP, en inglés), señaló que los inminentes recortes afectarán a las ciudades y estados, que derivan, en promedio, un 30% de su presupuesto del gobierno federal.
Es la realidad en estados de la zona central del país, la llamada zona del “Rust Belt”, que dieron a Trump el margen de victoria en noviembre pasado: el gobierno federal aporta un 30% al presupuesto de Pensilvania, un 34% al de Ohio, un 33% al de Michigan, y un 32% al de Florida, precisó Koshgarian.
“Un recorte del 10% en gastos domésticos se sentirá profundamente en cada estado, pero más todavía en los estados con mayor dependencia en los fondos federales”, advirtió.
Según NPP, Trump está ofreciendo una solución perjudicial a un problema inexistente porque EEUU “ya gasta más en su Ejército que ningún otro país en el mundo”.
Fact alert: when it comes to military spending, America is already first. Not first for education, health outcomes, economic mobility. pic.twitter.com/Xoey9vIn83
— National Priorities Project (@natpriorities) February 27, 2017
Escepticismo en el Congreso
El Congreso es el que controla el bolsillo en este país y, tomando en cuenta las presiones por la deuda externa y la promesa de Trump de reducir los impuestos, varios legisladores republicanos ya han expresado escepticismo sobre la necesidad de gastar más en defensa.
El senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham, se opone de entrada a un recorte del 30% al presupuesto anual de $50,000 millones para el Departamento de Estado
Otros, como el senador republicano por Arizona, John McCain, un acérrimo crítico de Trump, creen que el incremento en defensa sería por $18,000 millones, o 3% más del presupuesto de la Administración Obama.
“Con el mundo en llamas, EEUU no puede asegurar la paz a través de la fuerza con apenas un aumento del 3% sobre el presupuesto del presidente Obama. Podemos y debemos hacer algo mejor”, dijo McCain.