Líderes sindicalistas exigen que nuevo NAFTA apoye a los trabajadores, no a los ricos

Sindicatos piden protecciones laborales, ambientales y del consumidor como principio rector de las próximas negociaciones

La próxima semana los tres países por fin se sentarán a negociar

La próxima semana los tres países por fin se sentarán a negociar Crédito: John Moore | Getty Images

WASHINGTON.- Líderes sindicalistas advirtieron este lunes a la Administración Trump que la eventual renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a comenzar en agosto próximo, deberá enarbolar la defensa de los trabajadores estadounidenses o, de lo contrario, afrontará una “batalla del demonio” por parte de los sindicatos.

Durante una conferencia telefónica con periodistas, representantes de la federación sindical AFL-CIO, la mayor patronal del país, divulgaron un documento de casi 50 páginas con recomendaciones que, a su juicio, deben servir de brújula en la renegociación del TLCAN, o NAFTA por su sigla en inglés.

Los activistas, liderados por el presidente de la AFL-CIO, Richard Trumka, dejaron en claro que no permitirán que, esta vez, el NAFTA favorezca a las grandes corporaciones, en detrimento de los trabajadores.

“Si (Trump) renegocia el NAFTA de tal manera que es una fuerza real a favor de salarios más altos y una prosperidad compartida más ampliamente, le ayudaremos en su aprobación; si la usa para amañar más las reglas a favor de unos pocos ricos, batallaremos contra él con todo lo que tengamos”, advirtió Trumka.

Trumka explicó que los trabajadores de México y Canadá “no son nuestros enemigos, son los tratados comerciales que perjudican a todos los trabajadores. Desde que entró en vigor NAFTA, los salarios y el estándar de vida en México ha decaído, y lo mismo ha pasado en EEUU y Canadá”.

La lista de casi una veintena de recomendaciones incluye cambios a los reglamentos laborales y de licitación de contratos gubernamentales; el fortalecimiento de medidas ambientales y para la seguridad en las carreteras; mayores protecciones para los trabajadores y los consumidores, y nuevas normas para evitar la manipulación de divisas.

Durante la contienda, el presidente Donald Trump se arropó con la causa de las clases media y trabajadora, prometiendo más y mejores empleos, en el marco de su eslogan de “poner a EEUU de primero”.

Trump ha afirmado desde siempre que el NAFTA,  que entró en vigor en enero de 1994, ha perjudicado los intereses de las compañías y trabajadores en Estados Unidos.

Es que el NAFTA incrementó el comercio entre los tres países pero también permitió que las fábricas y grandes corporaciones trasladaran sus operaciones a México, donde los trabajadores ganan menos por el mismo trabajo.

Según un análisis del Instituto de Política Económica, el NAFTA ocasionó la pérdida de hasta un millón de empleos en EEUU.

Ahora, los sindicatos quieren recordarle a Trump su promesa y obligarlo a que la cumpla.

En la misma llamada, el presidente internacional del sindicato “United Steelworkers”, Leo W. Gerard, señaló que el NAFTA, suscrito entre EEUU, México y Canadá, ha sido un “completo desastre” para los trabajadores en los tres países  y los únicos beneficiarios han sido las corporaciones que trasladaron sus operaciones al exterior en busca de mano de obra barata.

Esa práctica “forró los bolsillos” de Wall Street con exageradas ganancias, por lo que la renegociación del NAFTA “va a requerir cambios significativos”, no cosméticos, enfatizó Gerard, cuyo sindicato representa a 850,000 trabajadores del sector metalúrgico en Norteamérica.

Si la nueva versión que salga de las negociaciones sólo reduce los costos y normas en vez de fortalecer los derechos laborales y la creación de más y mejores trabajos, como lo exigieron los votantes en 2016, “entonces vamos a luchar duro para derrotarla”, prometió Gerard.

Gerard señaló que desde 2000, unas 600,000 fábricas en EEUU cerraron sus puertas, buena parte de ellas debido al NAFTA.

Chris Shelton, presidente del sindicato “Communication Workers of America” (CWA), dijo que vigilarán de cerca las negociaciones del nuevo tratado para impedir que sea un “proceso secreto” en el que las corporaciones multinacionales nuevamente obtienen jugosas concesiones ” y los trabajadores solo migajas”.

El titular de la Oficina del Representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, notificó al Congreso el pasado 18 de mayo del plan de la Administración para comenzar la renegociación del NAFTA, lo que abrió un período de consultas de 90 días antes del inicio oficial del diálogo trilateral.

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