Editorial: Se ensañan con padres indocumentados

Es indignante que se use a los menores como carnada para atrapar a sus padres

Desde pequeños, motívalos a descubrir el mundo y fomenta sus intereses personales.

Desde pequeños, motívalos a descubrir el mundo y fomenta sus intereses personales. Crédito: Archivo | EFE

La nueva estrategia del Departamento de Seguridad Interna utiliza a los menores de edad que llegan solos a la frontera para capturar a sus padres, familiares y guardianes que viven aquí.

Uno de los argumentos oficiales es que se quiere proteger a niños y jóvenes de los riesgos que existen en el cruce ilegal de la frontera, de los peligros que significa estar en manos de los “coyotes”, cuyo negocio es el contrabando humano. La intención es desalentar el envío de menores desde sus países de origen y desmantelar las redes de coyotes.

Esta es una subestimación de los adultos responsables de los menores.

Tanto quienes están, por ejemplo, en El Salvador como en Estados Unidos, conocen los riesgos de la travesía como saben los peligros de permanecer en el país a la merced de las pandillas y la violencia.

Enviar a un menor solo a Estados Unidos desde América Central es una decisión tan difícil como desesperada. Los estimados 5,445 menores que fueron detenidos en la frontera escapan de una amenaza mayor que la misma travesía.

Lo normal es que estos jóvenes y niños pasen a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, quienes los entregan de inmediato a sus custodios, padres, o familiares adultos. Ya no más.

El secretario de Seguridad Interna, John F. Kelley, firmó en febrero un memorando para castigar a la gente que paga a contrabandistas para traer niños a Estados Unidos, porque eran cómplices impunes de una violación a la ley de inmigración.

Hace unas semanas se comenzó a detener a quienes pasan a recoger a los niños, y supuestamente se ha detenido en sus hogares a las personas cuyos nombres tienen los menores para que se hagan cargo de ellos.

Es reprehensible e indignante que estos menores sean usados como una carnada para capturar a padres y familiares que quieren lo mejor para ellos.

Esto es un castigo a los valores familiares y una violación al Acuerdo Flores que regula el trato que reciben los menores de edad que llegan solos a Estados Unidos.

Este es un acuerdo legal establecido en 1997 que regula cómo deben recibirse los menores indocumentados detenidos por las autoridades migratorias. Por ejemplo, entregarlos sin retrasos innecesarios al padre, guardián legal, pariente adulto o individuo designado por los padres.

Retenerlos como una trampa o usarlos como informantes se opone a lo acordado.

De la misma manera que va en contra de los estipulado cuando se les tiene en “condiciones deplorables y poco sanitarias” y cuando no se les permite una rápida audiencia para estipular su fianza.

Estas violaciones fueron señaladas por dos jueces distintos en decisiones recientes que determinaron que se incumple así el Acuerdo Flores.

La política de castigar a los padres de estos menores es otra manera de criminalizar a través de un medio inmoral, usando sus hijos para ello.

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