California: Una solución sostenible a esta crisis del agua

Un millón de californianos aún no tiene acceso a agua potable, apta para el consumo humano

water cromo

Crédito: Chris Martínez | La Opinión

El Código de Aguas estatal proclama un valor que casi todos los californianos compartimos: que el acceso al agua potable limpia, sana, y asequible es fundamentalmente un derecho humano.

Lastimosamente- y por demasiado tiempo- alrededor de 1 millón de californianos se les niega ese derecho diariamente. Para ellos, el agua potable solamente viene de una botella o jarra, porque el agua que fluye de sus llaves está contaminada y no es apta para el consumo humano. Cada una de estas personas, depende de uno de los casi 300 sistemas de agua potable peligrosos que existen por todo el estado, y colectivamente, su condición constituye un problema de salud pública de mayor escala que el de la crisis bien documentada en Flint, Michigan.

En cada caso, los riesgos para la salud son graves, ya que la exposición prolongada al agua potable contaminada puede provocar abortos espontáneos, defectos congénitos, problemas de desarrollo, y elevados riesgos de cáncer.

Trabajando con agencias de agua y comunidades rurales, la Legislatura ha elaborado una solución sostenible a esta crisis, una de las cuales está creciendo en forma de apoyo de grupos agrícolas, de salud, y ambientales.

Esa solución está incorporada en la propuesta del SB 623, que crearía el fondo Económico para Tener Agua Sana, Limpia y Económica. Para abordar un problema del tercer mundo que no debe ser tolerado en un estado tan orgulloso y próspero como California, este merece apoyo bipartidista y aprobación por parte de la Legislatura durante estas últimas semanas de la sesión legislativa de 2017.

El proyecto de ley establecería una solución equilibrada y sostenible a la crisis, proporcionando suministros de agua de emergencia y pagando por instalaciones permanentes de tratamiento que estos pequeños sistemas de agua nunca podrían permitirse por sí mismos. Las personas ayudadas por estos sistemas serían familias de bajos ingresos que viven en comunidades rurales concentradas en el Valle Central, Costa Central e Inland Empire.

Para estas familias, el tener que comprar agua potable – además de pagar su factura mensual de agua – representa un desafío económico. Algunos están gastando hasta un 10% de sus ingresos en comprar agua potable.

Entre los que han prestado su apoyo a esta solución son los Western Growers Association, la California Rice Commission, el Agricultural Council of California, la American Heart Association y la organización ambiental Clean Water Action.

El financiamiento provendría de dos fuentes.

Debido a que en muchos casos la fuente de contaminación es una alta concentración de nitratos, un subproducto inevitable de la mayoría de las operaciones agrícolas, un número creciente de líderes de la industria agrícola están apoyando una pequeña tarifa para cubrir los costos relacionados con los nitratos.

La legislación también proporcionaría seguridad reglamentaria a los agricultores mientras continúan aplicando prácticas para reducir los impactos de los fertilizantes en las aguas subterráneas. Este enfoque significa que el problema puede ser abordado a través de un proceso orientado a la solución que permitirá que los trabajos agrícolas y agrícolas continúen mientras avanzamos para satisfacer las necesidades urgentes de agua potable limpia.

También contribuyen al problema otros contaminantes, como arsénico y perclorato, no relacionados con las operaciones agrícolas. Es un problema a nivel estatal, por cual la estructura de financiamiento también incluye una solución a nivel estatal – una tarifa modesta de menos de $1 por mes en las facturas de agua para los residentes y las empresas. Los hogares de bajos recursos estarían exentos. Este enfoque reproduce un modelo utilizado para servicios básicos como la electricidad, en el que todos los usuarios pagan una pequeña tarifa para asegurar que todos tengan acceso a las necesidades básicas.

Una encuesta reciente mostró que dos tercios de los californianos – alarmados por la difícil situación de aquellos sin acceso al agua potable – apoyan este enfoque.

La sequía reciente causó que muchos de nosotros en California reflexionemos sobre una idea casi no imaginable: ¿Qué haríamos si activáramos nuestras llaves de agua y no fluyera agua adecuada para beber?

Hoy en dia, esa es la realidad para 1 millón de californianos. Es una realidad que todos estamos moralmente obligados a cambiar – y una solución sensata está a nuestro alcance.

Por el Sen. Bill Monning (D-Carmel) quien representa el distrito 17. Tim Johnson es President & CEO de California Arroz Comision. 

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