Una jirafa del zoo de Lisboa muere al caer a un foso cuando un visitante intenta alimentarla

Alimentar a los animales en el zoo está prohibido, pero un visitante decidió saltarse las normas

La jirafa que falleció procedía de Angola y tenía 11 años.

La jirafa que falleció procedía de Angola y tenía 11 años. Crédito: Fir0002

Pese a que está prohibido dar de comer a los animales en el zoo de Lisboa, un visitante trató de alimentar a una jirafa, la cual se acercó demasiado a la comida que se le ofrecía, precipitándose al foso y perdiendo la vida, según informa el diario portugués Público.

La policía ya ha identificado al culpable y a varios testigos. Además, dentro del zoo se ha abierto una investigación al respecto. “El hecho tuvo lugar al lado de una placa que pedía que no se alimentara a los animales”, contó al mismo diario Inês Carvalho, trabajadora del zoo que califica como la situación como “inédita” y “muy triste por muchos motivos”.

Aunque, tal y como insiste Carvalho, “los animales son alimentados y no es necesario que la gente traiga comida de casa”, durante mucho tiempo se animaba a los visitantes a hacerlo, según señala Público. De hecho, a la entrada del zoo había máquinas de venta de cacahuetes para dar a los monos. Sin embargo, la normativa cambió porque “el jardín zoológico dejó de ser un escaparate de animales”, buscándose proporcionar mejores condiciones a los animales para que se sientan como en su hábitat.

La jirafa fallecida procedía de Angola y tenía 11 años y cinco meses. En noviembre dio a luz y el equipo del zoológico difundió el vídeo del parto y de los primeros pasos de la recién nacida.

La Giraffa camelopardalis habita en la frontera sur entre Angola y Zambia, así como en Botsuana y en gran parte del norte y noreste de Namibia. Esta jirafa está presente en solo tres zoológicos en Europa: el de Lisboa, el de Dortmund (Alemania) y el de Amersfoort, en Utrecht (Países Bajos), siendo una especie considerada “vulnerable” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, pues su población ha disminuido en las áreas de donde es originaria debido a la pérdida de hábitat, los conflictos locales, la caza ilegal y la alteración de los ecosistemas.

En cualquier caso, cumplan o no los visitantes con las normas, lo que está claro es que un zoológico nunca será el hogar apropiado para una jirafa.

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