Juez falla contra inmigrantes que sobrevivieron a choque en altamar con la Patrulla Fronteriza

Esperaban una compensación para los ancianos padres de una inmigrante que murió tras el impacto

Graciela López, la única mujer en un grupo de 18 inmigrantes que pretendía entrar a Estados Unidos en una pequeña barca pesquera pereció el 18 de junio pasado. (foto suministrada).

Graciela López, la única mujer en un grupo de 18 inmigrantes que pretendía entrar a Estados Unidos en una pequeña barca pesquera pereció el 18 de junio pasado. Crédito: Suministrada

Por sorpresa tomó a los inmigrantes sobrevivientes de un mortal choque entre una panga y una nave de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en las costas de San Diego en 2015, el fallo de un juez federal que determinó que el coyote que conducía la lancha era el responsable de la tragedia, no los agentes que trataban de detenerlos.

“No sabíamos nada del fallo. Nos sentimos muy mal por esa decisión. Nuestro abogado nos acaba de recomendar que no vale la pena apelar”, dijo Héctor López García, sobreviviente del impacto entre la panga y el bote de la patrulla fronteriza.

Él y 17 inmigrantes mexicanos entraron en una panga tripulada por dos coyotes, el 18 de junio en 2015, sin imaginar que horas más tarde se impactarían contra una lancha de la patrulla fronteriza en medio del océano, al norte de San Diego, cerca de la ciudad de Encinitas.

Cuatro de 18 sobrevivientes hablan de la tragedia que vivieron el día que su panga chocó con una lancha de la Patrulla Fronteriza. Una mujer perdió la vida. / Aurelia Ventura

La única mujer a bordo, Graciela López de 32 años perdió la vida, el resto sobrevivieron.

Graciela López Franco fue transportada inconsciente en helicóptero a un hospital donde fue pronunciada muerta. Ella quedó abajo del bote al voltearse la panga tras la colisión con la nave de la patrulla fronteriza.

El juez de distrito Jeffrey Miller determinó que los tres agentes federales a bordo de la nave marítima M901 de la Patrulla Fronteriza, no tenían culpa alguna en el choque, que mató a Graciela López, prima hermana de Héctor López y Luis Fernando López García, sobrevivientes.

“La intención clara del conductor de la panga era evitar al M901 y que los detuvieran”, dijo el juez en su fallo.

Y determinó que el choque fue causado exclusivamente por la operación errática del coyote.

El conductor de la panga, Jose Piña Espinoza fue sentenciado a 30 meses de prisión en 2016. El copiloto Salvador Sánchez García, quien confesó haber ayudado a llenar el tanque de gasolina fue condenado a 36 meses tras las rejas.

Héctor López sobreviviente del choque entre una panga y una nave de la Patrulla Fronteriza lamenta haber perdido una demanda civil que buscaba una compensación para la familia de su prima hermana Graciela López que falleció en el percance marítimo. (Photo by Aurelia Ventura/La Opinion)

La demanda por negligencia y homicidio culposo contra el gobierno de Estados Unidos fue interpuesta por los padres de Graciela López que radican en México, y dos sobrevivientes que son parientes de ella sus primos hermanos, Héctor y Luis Fernando López.

“Es muy triste porque esperábamos una compensación para los ancianos padres de Graciela, que viven en México, y se quedaron sin su ayuda cuando ella murió”, se lamenta Héctor López.

Todos los que venían en la panga conducida por los coyotes eran inmigrantes mexicanos que pretendían ingresar al país. Jacobo Castellanos, Domingo Sánchez, Ramón Rojo, Cristián Román, Samuel de la Cruz, Oscar Sanchez, Alberto Marin, Luis Ayala, Diego Hernández, Edy Israel Ruiz Álvarez, Héctor López, Aldo Flores Villarreal, Luis Fernando López, Nabor Rojas y Raymundo Gracía. Dos hermanos que venían en el grupo no pudieron ser identificados.

La tragedia ocurrió el 18 de junio de 2015, como a las 2:30 de la madrugada. Llevaban siete horas de viaje en medio de un fuerte oleaje. Había zarpado un día antes, a las 6 de la tarde, de las costas de Ensenada, en México en una pequeña barca pesquera.

Les faltaban pocas horas para llegar a tierra firma y desembarcar. Pero fueron detectados primero vía aérea por la Patrulla Fronteriza y luego seguidos a través de una de sus naves ultra rápidas.

Los inmigrantes mexicanos Edy Ruiz, Luis Fernando Lopez Garcia, Hector Lopez y Aldo Flores sobrevivientes del choque. Photo by Aurelia Ventura/La Opinion)

Los oficiales de la Patrulla Fronteriza a través de un altavoz ordenaron a los tripulantes de la panga detenerse, según narraron a La Opinión varios de los sobrevivientes en la serie Tragedia en Altamar publicada en 2015.

Activaron sirenas, luces intermitentes y lanzaron luces de bengala, pero los traficantes de humanos no se pararon, pese a los gritos aterrados de los inmigrantes que suplicaban que se detuvieran cuando vieron sus vidas en peligro.

Los coyotes ignoraron las órdenes y aumentaron la velocidad de la panga que medía 26 pies de largo contra 38 pies de la moderna nave de la CBP.

Según los agentes, después de que ellos lanzaron varios escopetazos al motor para desactivarlo, el conductor de la panga, dio un dramático giro a la izquierda y chocó contra ellos.

Pero según el relato de Héctor López, cuando la panga no se paró, el barco de la patrulla fronteriza enfiló hacia ellos a toda velocidad, y les pasó por encima de lado.

“Sentí la muerte y le pedí a Dios con más fuerza que nos cuidara“, declaró.

Después del impacto, luchando por no ahogarse en el agua, volvieron a la vida cuando fueron rescatados por los agentes de la Patrulla Fronteriza. Pero la alegría de saberse vivos, les duró poco cuando se dieron cuenta que la única mujer en el grupo no estaba entre ellos.

El choque dejó un muerto y cuatro heridos en el grupo de 18 inmigrantes. 

De izquierda a derecha: Aldo Flores, Edy Ruiz, Luis Fernando Lopez Garcia, y Hector Lopez, junto a su abogado Alex Galvez. /Aurelia Ventura

El abogado en migración, Alex Gálvez quien defiende a algunos de los sobrevivientes por el lado migratorio, entre ellos a los hermanos López García,  dijo que aunque hayan perdido el caso civil, ellos califican para una visa U por ser víctimas de crimen o para el asilo político. “El juez está diciendo que fue culpa de los coyotes el choque”, indica.

Por ahora, algunos de los sobrevivientes como los López García han recibido permisos para estar en el país y servir de testigos del juicio.

La Visa U se otorga a víctimas de crímenes (y a sus familiares inmediatos) que han sufrido un abuso físico o mental y que están dispuestos a asistir a las agencias del orden público en la investigación y presentación de cargos de una actividad criminal

La tragedia que sufrieron estos inmigrantes sacó a la luz pública el creciente uso de rutas marítimas para cruzar la frontera en México y Estados Unidos por California, y como ha ido ganando terreno. Al mismo tiempo que las autoridades migratorias han redoblado esfuerzos por vigilar las costas cercanas a la frontera sur.

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