¿Qué tan segura es la comida de tus hijos?

Ciertos productos químicos que se añaden a los alimentos y también se utilizan en el envasado de alimentos se han relacionado con un conjunto de efectos negativos para la salud, y son los niños quienes pueden estar en mayor riesgo. Eso es según un nuevo informe de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP), publicado ayer en la revista Pediatrics.

“Los padres tienen razón al preocuparse por los alimentos que brindan a sus hijos, especialmente cuando están envasados”, dice James E. Rogers, PhD, director de investigaciones y pruebas de seguridad alimentaria en Consumer Reports. “Pero, aprender más acerca de a qué tienes que prestar atención puede ayudarte a tomar las decisiones correctas cuando alimentas a tu familia”.

El nuevo informe y declaración de la AAP destacó 5 grupos químicos de preocupación: bisfenoles (como BPA), que recubren latas de metal y los mezclan con plásticos; ftalatos (que hacen que el plástico sea blando); productos químicos de perfluoroalquilo (o PFC, que se encuentran en envoltorios y empaques resistentes a la grasa); perclorato (que se encuentra en el envasado de alimentos) y nitratos o nitritos (agentes de curado que se encuentran en algunas carnes).

Una serie de estudios realizados en las últimas dos décadas han vinculado estos y otros productos químicos a una variedad de problemas de salud, incluidos daños de desarrollo y reproductivos y obesidad (bisfenoles, ftalatos y PFC), alteración de la hormona tiroidea (perclorato, nitratos / nitritos) y cáncer (nitratos / nitritos).

Todavía está abierta la pregunta sobre cuán nocivos son algunos de estos productos químicos para los niños, y si la cantidad a la que la mayoría está expuesta es peligrosa. Si bien se necesita más investigación, los científicos han advertido que simplemente no hay suficiente evidencia para demostrar que dichos químicos son inofensivos para todos. Y eso es especialmente cierto para los niños, cuyos sistemas de órganos en desarrollo pueden ser particularmente vulnerables a los efectos potenciales.

“Hay muchos productos químicos que se ponen en los alimentos sin la base de evidencias que demuestren que son seguros”, dice el autor principal del informe, Sheela Sathyanarayana, MD, profesora asociada de pediatría en la Universidad de Washington. “Es posible que sean seguros, pero no lo sabemos. Y ese es el punto”. 

No solo son los aditivos en los alimentos

Este nuevo informe es solo lo más reciente de una serie de hallazgos que sugieren que los alimentos que les damos a los niños a veces contienen aditivos que pueden ser contaminantes peligrosos o tóxicos que no deberían estar allí.

Los expertos (incluidos los de Consumer Reports) han cuestionado recientemente la seguridad del arroz y los productos a base de arroz para lactantes y niños pequeños, por ejemplo. Las investigaciones recientes han encontrado que estos productos pueden albergar una lista creciente de metales pesados.

Un estudio publicado en octubre de 2017 encontró que entre una muestra de 119 marcas populares de cereales, los cereales de arroz tenían en promedio 3 veces la cantidad de metilmercurio, el tipo más preocupante de mercurio, como cereales multigrano; y 19 veces la cantidad que en los cereales elaborados con granos distintos al arroz. Otro estudio publicado un mes después encontró que los cereales de arroz para bebés contienen aproximadamente 6 veces más arsénico que cereales de otros granos en el mercado.

“Una de las cosas más importantes que podemos hacer es crear conciencia sobre este problema entre la población en general”, dice Tunde Akinleye, un experto en seguridad alimentaria de Consumer Reports. “Los consumidores también deberían seguir exigiendo cambios en la forma en que la Administración de Alimentos y Medicamentos regula y supervisa la seguridad de los alimentos con los que alimentamos a nuestros hijos y a nosotros mismos”.

En una declaración proporcionada a Consumer Reports, el Consejo Estadounidense de la Química (American Chemical Council), un grupo del sector, dijo que “todos los plásticos destinados al contacto con alimentos se revisan para comprobar su seguridad y deben cumplir con estrictos requisitos de seguridad de la FDA antes de poder usarse en el envasado de alimentos”.

De acuerdo con Sathyanarayana, es importante recordar que tu hijo no se verá perjudicado por una sola exposición a cualquiera de estos químicos. “No entres en pánico si le das a tu hijo un hot dog una vez a la semana”, dice Sathyanarayana, “pero en realidad debes intentar no hacerlo todos los días”.  

5 maneras de minimizar la exposición

Muchos de los productos químicos potencialmente preocupantes se pueden encontrar prácticamente en todas partes (incluso en el polvo), por lo que es imposible evitarlos por completo, dice Akinleye. “Diariamente estamos expuestos a disruptores endocrinos, como el BPA y los ftalatos, a través de la dieta, el agua, los productos para el cuidado personal, los productos de consumo y suministros médicos, por nombrar solo algunos”, comenta.

Sin embargo, hay algunas maneras simples y fáciles de reducir el riesgo para ti y tus hijos.

Consume frutas y verduras enteras. Cuando compras la fruta fresca o congelada en lugar de enlatada o envasada y procesada, la exposición al BPA (de las latas) y los ftalatos (de los alimentos envasados o procesados) se puede minimizar enormemente.

“Los estudios de investigación han demostrado que una dieta basada en alimentos frescos y alimentos congelados reducirá tu exposición a este tipo de productos químicos”, dice Sathyanarayana.

Y Charlotte Vallaeys, analista principal de políticas y experta en etiquetas de los alimentos de Consumer Reports, está de acuerdo. “El enfoque en comer “comida real” es solo una buena regla general, y me alegra ver que la AAP se suma a esto”, dice Vallaeys.

Lávate las manos y los vegetales y frutas. Los expertos de Consumer Reports recomiendan enjuagar, frotar o restregar frutas y verduras para ayudar a eliminar los residuos de pesticidas. De hecho, un estudio reciente publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry encontró que remojar las manzanas en una solución de bicarbonato de sodio y agua puede eliminar más pesticidas que enjuagar con agua del grifo o en una solución de cloro. Buscar productos con etiqueta ecológica también puede reducir tu exposición a los pesticidas.

Es importante también lavarse las manos después de manipular diferentes productos alimenticios y envases. “Querrás evitar transferir cualquier exposición química del envase a la comida”, dice Sathyanarayana.

Ten cuidado con el plástico. Algunas de las sustancias químicas más preocupantes que figuran en este informe están mezcladas en recipientes de plástico, envoltorios de alimentos y en los empaques. Y cuando se calientan o contienen líquidos calientes, los químicos pueden filtrarse a tu comida o bebida. La AAP sugiere utilizar alternativas al plástico como vidrio o acero inoxidable, cuando sea posible, y evitar colocar recipientes de plástico en el microondas o el lavavajillas.

La AAP también recomienda utilizar el número de reciclaje para identificar los plásticos con mayor riesgo: los códigos de reciclaje “3”, “6” y “7” contienen ftalatos, estireno y bisfenoles, respectivamente. Los plásticos “de base biológica” o “verdes” pueden usarse, porque están hechos de maíz y no de bisfenoles.

Evita comer carnes procesadas, especialmente si estás embarazada. Estudios previos han relacionado el consumo de alimentos “ultraprocesados”, como hot dogs, nuggets de pollo, refrescos y dulces con la obesidad, la presión arterial alta y el colesterol alto. Además, muchas carnes procesadas contienen conservadores llamados nitratos y nitritos, que pueden formar en el cuerpo compuestos causantes de cáncer llamados nitrosaminas.

Verifica dos veces la etiqueta. Lee la letra pequeña en las etiquetas de los paquetes, dice Vallaeys, para asegurarte de obtener un producto que no contenga nitratos ni nitritos.

Algunas carnes procesadas etiquetadas como “sin nitratos o nitritos añadidos” pueden contenerlas de fuentes no sintéticas, como jugo o polvo de apio, dice Vallaeys, y estas pueden ser igual de dañinas. Si ves un producto que contiene el mensaje “sin nitrito o nitrato agregado”, fíjate bien en la etiqueta si dice “salvo que se produzcan de forma natural en” cualquier fuente natural que utilice la compañía. Eso significa que no está completamente libre de nitratos o nitritos.

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