Hay nueva evidencia de que comer pescado ayuda a prevenir enfermedades del corazón

No es ningún secreto que los ácidos grasos omega-3, como los que se encuentran abundantemente en el pescado, brindan una gran cantidad de beneficios para el corazón y el cuerpo. Y un nuevo estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology muestra una fuerte relación entre el consumo frecuente de pescado y un menor riesgo de enfermedad arterial periférica, o PAD.

Aproximadamente uno de cada 20 estadounidenses mayores de 50 años padece PAD, una enfermedad provocada por la acumulación de placa que, por lo general ocurre en las arterias de las piernas, lo que provoca dolor en las piernas y dificultad para caminar. De no tratarse, puede detener la circulación en la pierna e incluso podría conducir a una amputación. Las personas que padecen de PAD también tienen un mayor riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral.

Como parte de un estudio de investigación llamado Danish Diet, Cancer, and Health Study, un estudio danés sobre la dieta, el cáncer y la salud, los investigadores tomaron muestras de tejido graso de un gran grupo de participantes entre los años 1993 y 1997, y analizaron, entre otras cosas, los niveles de omega-3 en sus tejidos que tiene el pescado. 

En un grupo seleccionado al azar de 3,204 participantes del estudio, los investigadores hallaron que los que tenían niveles más altos de omega-3 tenían un 29% menos de probabilidades de desarrollar PAD que aquellos con niveles más bajos.

“Este estudio se suma a un creciente conjunto de investigaciones que muestra una fuerte relación entre una dieta rica en pescado y un riesgo reducido de resultados de salud negativos”, dice Jeremy Furtado, ScD, investigador científico sénior en Harvard T.H. Chan School of Public Health, que no participó en el estudio.

Una medida objetiva

Este no es el primer estudio que evalúa la relación entre el consumo de pescado y la salud arterial, pero es el más grande cuyo enfoque es la PAD, y uno de los únicos estudios hechos para medir los niveles de omega-3 en el tejido graso de las personas.

Los autores del estudio señalan que tomar muestras de tejido adiposo (en este caso de los glúteos) es una de las formas más sólidas de evaluar la ingesta de pescado. Las pruebas de sangre revelan niveles de ingesta solo en un corto período de tiempo antes del examen.

“Si un participante consumió una dieta rica en pescado justo antes de hacerse una prueba de sangre, podría mostrar un nivel engañosamente alto de omega-3 en su sistema”, dice Furtado. “La prueba del tejido adiposo te brinda una visión más integral de tu dieta durante uno o dos años atrás”.

Este método de prueba también es más objetivo que los estudios dietéticos reportados por los participantes, en los que estos les dicen a los investigadores lo que comieron en un período de tiempo en particular.

“No es como darle a alguien un cuestionario sobre la dieta y confiar en su memoria”, dice Anne Lasota, MD, una de las autoras del estudio. “Esta es una manera objetiva de ver cuánto pescado ha consumido alguien durante un período de tiempo significativo”.

La evidencia va en aumento

A principios de este año, American Heart Association reafirmó sus recomendaciones sobre el consumo de pescado: come 2 porciones de pescado no frito, especialmente pescado graso, por semana. (Una porción corresponde a 3½ onzas de pescado cocido o ¾ de taza de pescado desmenuzado). Estas directrices apuntan a un creciente conjunto de evidencia que muestran un riesgo menor de muerte cardíaca, ataques cerebrales y enfermedad coronaria general  debido al consumo de pescado.

Furtado, quien recientemente fue coautor de un estudio que muestra la relación entre el aumento del consumo de pescado y la reducción del riesgo de nacimientos prematuros, señala que no ha habido un solo estudio que muestre efectos negativos de comer pescado. “Algunos estudios han demostrado que, en el peor de los casos, estos efectos son insignificantes (por comer pescado), pero en gran parte todas las relaciones han sido positivas”.

Vale la pena señalar que la nueva evidencia muestra que es posible que los suplementos de aceite de pescado no tengan los mismos efectos beneficiosos que el consumo de pescado entero. “A los estadounidenses les gusta decir, ‘¿Cuál es el beneficio específico de comer pescado? Lo quiero en una pastilla'”, dice Furtado. “El problema es que, cuando intentas extraer un nutriente específico del pescado, eliminas otros elementos que también pueden ser responsables de los efectos positivos para la salud”.

Comer pescado podría significar un estilo de vida más saludable

Lasota señala que es posible que intervengan otros factores por los cuales los participantes con los niveles más altos de omega-3 en su tejido pueden tener un menor riesgo de desarrollar PAD. Por ejemplo, los participantes que comen más pescado pueden llevar un estilo de vida más saludable en general, o simplemente toman decisiones dietéticas más informadas.

En general, Lasota considera que la investigación de su equipo tiene un punto de partida bastante sólido. “Es solo un estudio, y no queremos ser demasiado amplios en nuestras conclusiones”, dice. “Pero está bastante claro que comer pescado, y especialmente pescado graso, es parte de un patrón de alimentación más saludable en general”.

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