Recuento de un drama humano, el desamparo

Miles de voluntarios contabilizan a las personas sin hogar en la ciudad y el condado de Los Ángeles

Lawlond Arnold, un desamparado nacido en Georgia conversa con su amigo Charles Hubbard, quien le regaló una hamburguesa para mitigar el hambre. (Jorge Luis Macias, Especial para La Opinión)

Lawlond Arnold, un desamparado nacido en Georgia conversa con su amigo Charles Hubbard, quien le regaló una hamburguesa para mitigar el hambre. (Jorge Luis Macias, Especial para La Opinión) Crédito: Jorge Luis Macias | Impremedia/ La Opinion

Ryan Coughran y su esposa Priscilla saben de primera mano la importancia de que todas las personas que viven en el desamparo sean contadas. Jared, su hijo menor que sufre de autismo, tenía apenas 18 meses cuando ellos fueron obligados literalmente a abandonar el apartamento donde vivían, en Pacoima.

En septiembre de 2016, Ryan acababa de dejar su trabajo como trailero para dedicar tiempo completo en casa al cuidado de su hijo, mientras ella trabajaba.
“Pagábamos $1,400 dólares mensuales de renta y luego ya no pudimos pagar un aumento de $200 dólares de renta del apartamento”, contó Ryan, de 32 años. “Eso nos tumbó hasta el suelo”.

Irónicamente, Priscilla – quien trabajaba en una clínica de salud para desamparados – terminó viviendo en la calle.

“Vivíamos en el carro y de motel en motel”, recuerda ella, casi al borde del llanto. “Fueron seis meses muy difíciles”.

Ryan, hijo de padre biológico mexicano, pero que lleva el apellido de Wendy, su madre, contó a La Opinión  que fue víctima de un progenitor violento, del que huyó a causa de violencia física.

Los esposos Priscilla y Ryan Coughran, junto con el pequeño Jared, quien sufre de autismo. Ellos vivieron seis meses en la calle, en el interior de un automóvil y en moteles. (Jorge Luis Macias, Especial para La Opinión)
Los esposos Priscilla y Ryan Coughran, junto con el pequeño Jared, quien sufre de autismo. Ellos vivieron seis meses en la calle, en el interior de un automóvil y en moteles. (Jorge Luis Macias, Especial para La Opinión)

“Viví en las calles de Guadalajara, y cuando me vine [a Estados Unidos] también no tuve hogar por tres o cuatro años”, recordó este hombre quien se levantó del problema. “Lo importante para salir adelante fue tener paciencia; por eso, aconsejo a todos que si es necesario pedir ayuda, hay que hacerlo, porque si uno no habla Dios no lo escucha”.

Voluntarios

Ryan y Priscilla salieron el martes por la noche a escuchar a los que – como ellos – necesitan ayuda. Ellos se unieron a miles de voluntarios que salieron a las calles de la ciudad y del condado de Los Ángeles para contabilizar a las personas sin hogar que viven y pernoctan a la intemperie, en casa de campaña, debajo de puentes o riberas de ríos.

“Nosotros encontramos cuatro tiendas de campaña y calculamos que en su interior habría unas 6 a 7 personas”, dijo Blanca Rodgers, proveedora de servicios de hogar en LA Family Housing, quien realizó el recorrido junto con Cristina Carrillo y Sata Brown, por callejones aledaños a la calle Vanowen, en North Hollywood. “Mi trabajo es buscar a los desamparados y encontrarles un sitio donde vivir”.

Rodgers expresó que, en tres meses de trabajo con LA Family Housing, ha ayudado a unas 35 personas.

Sin embargo, en esta organización, una de las más grandes que proporcionan servicios integrales a las personas sin hogar, cada año se atiende a casi 7,300 personas que están saliendo del desamparo y la pobreza.

Crisis humanitaria; números a la baja

Este recuento anual es considerado el más grande en la nación, debido a que Los Ángeles tiene la dudosa reputación de ser considerada como “la capital de los desamparados” con más de 53,000 personas sin hogar

El recuento de tres días que concluye este jueves es una medida crítica que pusieron en marcha las autoridades de la ciudad, del condado, de la Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles (LAHSA) y de LA Family Housing para ayudar a guiar los programas y servicios donde más se necesitan.

“Tenemos que resolver lo que es descrita como una crisis humanitaria”, dijo Mark Ridley-Thomas, supervisor del condado de Los Ángeles. “La información que se recabe importa para tener una idea actualizada de la dinámica y la realidad [del número de personas sin vivienda]; cada hombre y cada mujer merece tener dignidad y debemos restaurarles su dignidad”.

Antes, el alcalde Eric Garcetti se mostró sonriente al anunciar el fin de la huelga de maestros en el LAUSD e indicó que “la falta de vivienda es como la educación pública, algo a lo que durante mucho tiempo no hemos dedicado recursos, amor o atención; si no estas frustrado [por la falta de vivienda para miles de personas] entonces no tienes corazón”.

Este año, los esfuerzos involucran a más de 8,000 voluntarios que se desplazarán a 149 sitios para contar a las personas sin hogar, sin importar donde vivan.

En 2018, por primera vez en cuatro años, los resultados del conteo mostraron que el número de personas que experimentaron la carencia de un sitio al que pudieran llamar hogar decreció un 4%, a un total aproximado de 53,000, gracias a la combinación de inversión en vivienda accesible con fondos provenientes de la Medida H y la Proposición HHH, además de otras iniciativas. Desde julio de 2017, el condado también ha proporcionado vivienda temporal a casi 10,000 individuos.

Pero, debido a los niveles de inversión sin precedente, el condado de Los Ángeles se encuentra en proceso de alcanzar el objetivo de la Medida H de proporcionar vivienda permanente a 45,000 familias e individuos para 2022.

El alcalde Eric Garcetti fue uno de los que salió a contar indigentes en la primera noche del conteo. (@MayorofLA)
El alcalde Eric Garcetti fue uno de los que salió a contar indigentes en la primera noche del conteo. (@MayorofLA)

Desde julio de 2017 el condado ha auxiliado a 10,000 individuos con un hogar permanente y casi 18,000 personas tuvieron acceso a servicios “puente” de apoyo, de crisis y de vivienda provisional.

Mientras tanto, desde la aprobación de los votantes de la Proposición HHH, de noviembre de 2016, la ciudad de Los Ángeles ha efectuado progreso significativo con la construcción de 10,000 unidades de vivienda de apoyo.

En la ciudad los proyectos de desarrollo han crecido a 78, para un total de 5,104 unidades, de las cuales 3,619 son vivienda de apoyo.

“Yo lo único que necesito es un lugar accesible donde vivir”, dijo Lawton Arnold, un desamparado de 45 años, originario de Georgia que tiene tres años de vivir en las calles. “Aquí, en Los Ángeles con lo que se paga un apartamento de una recámara, allá puedes vivir en una casa de tres recamaras”.

Arnold fue encontrado por La Opinión cerca de un campamento de desamparados en el Bulevar Lankershim, en North Hollywood.

“Yo no quiero vivir en las calles”, agregó. “Si alguien me da trabajo, puedo trabajar como cocinero en un lugar de comida rápida”.

En el combate a la falta de vivienda en el distrito 6 que representa, la concejal angelina Nury Martínez expresó que se está trabajando en proyectos de  apartamentos como Casa del Sol, que contará con 44 unidades de vivienda de apoyo para personas de la tercera edad; Angel Project en North Hills; Arminta Square y el proyecto de Apartamentos para Veteranos Mayores en Sun Valley (SVSV), que después de su finalización será abierto en septiembre de este año y proporcionará 96 unidades de vivienda de apoyo permanente y albergará a veteranos discapacitados sin hogar y crónicamente sin hogar.

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